32.

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Todo lo siguiente pasó tan rápido al mismo tiempo en cámara lenta, quería correr y llegar a él pero parecía que la distancia era interminable, vi como Ed se acercó y colocó su mano en su cuello, su boca se movía pero todo lo que podía escuchar eran mis gritos y el sonido del disparo una y otra y otra vez, cuando por fin llegué Ed hablaba por teléfono, tomé la mano de Fernando y agradecí a dios que aún estuviera respirando, —Fer… fer…- murmuré y acaricié su frente, sus ojos se abrieron con dificultad

—Te fallé- murmuró y negué a prisa, de su cuerpo salía sangre, —tenia que cuidarte- continúo

—Shh…. Sh…..- dije y seguí acariciando su cabello, las lagrimas caían por mis ojos sin poder detenerse

—Ne…necesito que me prometas algo- pidió y negué

—No te despidas, no… Fernando por favor… no te despidas- rogué, detrás de mi la voz apurada de Ed pidiendo una ambulancia con urgencia, —dijiste que me cuidarías, tienes que quedarte y cumplir- pedí y sonrío, su mano subió hasta su pecho, donde se encontraba la mía tomando la suya

—Voy a cuidarte- susurró y sonrío de lado con una mueca de dolor, —siempre lo haré- aseguró y negué

—Porque… si yo… si no hubieras venido…

—shh…- susurró él y miró hacia Ed, —pudo haber sido él- comentó y negué, no podía resistir la idea de perderlo, no de esa manera, había gritado que no lo quería pero le había salvado la vida y estoy segura que lo volvería a hacer, —ne… prométeme algo- pidió y asentí

—La ambulancia ya viene- dijo ed acercándose, —amigo no te vayas, quedate aquí, todo estará bien- aseguró él con lagrimas en sus ojos

—Camila… tienes que decirle a mi mamá y a mi hermana que las quise, que las quise mucho y que siempre fueron lo más valioso que tuve- pidió y asentí

—Iremos, iremos los dos, este domingo, ¿lo recuerdas?- balbuceé entre sollozos,

—Cambiaste mi vida Parker- susurró y me regaló una sonrisa, -te quiero- susurró y negué sin poder soportarlo

—Te quiero fer, no me dejes, no ahora que acabo de encontrarte- pedí pero él ya no pudo escucharme, sus ojos se cerraron y su corazón dejó de latir, —¡nooo!- grité y me lancé sobre él, —¡nooooooo Fernando, noooo!- la sirena de la ambulancia llenó el ambiente y un par de brazos me levantaron del cuerpo de mi mejor amigo ahora sin vida, —¡FERNANDO!- grité y comencé a golpear a Ed para que me soltara, —Nooooooooo- dije de nuevo y perdí fuerzas, haciendo que ambos cayéramos de rodillas sobre el suelo, los médicos trataron de hacerlo reaccionar, buscaron una segunda oportunidad para él pero no pudieron hacer nada, ya era demasiado tarde.

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2 semanas habían pasado desde aquella horrible noche, la noche en la que perdí a mi mejor amigo y al amor de mi vida, hacia 2 semanas en las que no recordaba nada, mi vida perdió sentido ante la culpa que aumentaba hora con hora, no comía, no prestaba atención a nada, todo lo que quería hacer era estar acostada en la cama, esperando que adiós se apiadara de mi y me llevara con Fernando, los chicos del equipo habían venido todos los días a verme pero siempre sucedía lo mismo, no los recibía, había apagado mi celular y cerrado la ventana, me dejé caer en la silla mirando hacia el frente, escuché cuchicheos de un par de chicas y rodé los ojos con molestia, la primer semana todo el salón había estado de “luto” y yo me había metido en problemas cuando les grité sus verdades, durante todo este tiempo no habían hecho nada más que juzgar a Fernando y cuando él murió todos fueron a su funeral y “sufrieron” su perdida, llegaron todos esos amigos cuando ya no se necesitaban, las clases pasaron a prisa y cuando el timbre para el descanso sonó, tomé mi mochila y salí a prisa chocando con él, cuando su mirada se encontró con la mía mi corazón comenzó a cobrar vida, sus ojos brillaron a pesar de las ojeras violetas debajo de sus ojos

SECRETOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora