38.

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Mi mirada viajó por todo el lugar, nos encontrábamos literalmente en medio de la nada, sonreí con melancolía al recordar la última vez que estuve con alguien en un lugar así, Fernando, mi mirada recorrió el lugar, —¿Qué hacemos aquí?- pregunté y se encogió de hombros

—siempre me pediste que te enseñara a manejar no?- pregunto y sonreí con emoción

—¡LUCAS!- grité y salté a sus brazos con una sonrisa en mi rostro, —¿estás jugando?, porque no será divertido si me dices que es una broma- aseguré y negó

—Anda, ven aquí- dijo bajándose del auto dejándome el asiento del piloto libre, dejé salir un grito y me cambié a él, el entró y tomó el lugar que yo acababa de dejar, coloqué mi cinturón y él hizo lo mismo con el suyo, —enciende el auto- dijo y asentí, coloqué la llave y la giré, el auto rugió con vida y los nervios llegaron, -ahora pisa el freno y mete la velocidad- indicó, asentí y lo hice, —ahora suelta de apoco el freno- dijo y obedecí, —eso es, poco a poco- dijo apremiando mi obediencia, —tu mirada al frente, mantén el volante derecho- pidió y lo hice así, —ahora gira, gira el volante- señalo y lo hice, cuando gire con éxito levante las manos para festejarme y el volante se ladeo, —¡CAMILA!- gritó aterrado y lo tomó manteniéndolo en su lugar

—Lo siento- dije tomándolo de nuevo, después de unas horas detuve el auto, había sido menos aterrador de lo que creía, lo manejaba con facilidad y no había chocado con nada, “¿tal vez porque no había nada con lo que chocar?” la voz en mi mente trato de hacer que me desanimara pero la ignoré, —soy buena- dije y sonrió

—Con este maestro- dijo alardeando y rodé los ojos, paramos el auto y bajamos caminando hacia el frente, nos sentamos sobre el cofre, —extrañé hablarle a mi hermana pequeña- susurró y sonreí

—Extrañe que me hablaras- admití y lo abrase, besó mi frente y suspiró

—Camila- murmuró y lo miré, —escuché a mamá decir que… ¿estas saliendo con Edward?- preguntó y me enderecé

—Si- dije con seguridad, —estamos juntos- señalé

—Juntos como… 

—Juntos como juntos lucas, como novio y novia- señalé y negó, —y no quiero que comiences a decir que no te agrada para mí porque como buena hermana menor voy a ignorar lo que digas- le aseguré

—Ustedes… él a intentando… ya sabes…

—Soy virgen lucas, si a eso es a lo que te refieres- solté y desvió su mirada, esperaba la reacción de sorpresa y alivio que tuvo cuando lo dije en enfermería antes pero ahora solo parecía, ¿dolido?, —¿Qué sucede?- pregunté y negó, —¿Qué sucede luke?, dímelo- pedí y suspiró, el cielo ya estaba  oscuro

—Tenemos que irnos- susurró y camió hacia el asiento del piloto, dejé salir el aire y caminé hacia él asiento a su lado, coloqué el cinturón y lo miré, su mirada estaba perdida y sus ojos rojos, tomé su mano sobre el volante y me miro a los ojos me sonrió de lado y sin gana para después arrancar el auto de regreso a casa, cuando llegamos bajamos y caminamos hasta la puerta, antes de que la abriera se giró y me miró a los ojos, me quede asombrada al verlo, lagrimas corrían por sus ojos, su ceño estaba fruncido y su mandíbula apretada, estaba molesto, dolido, arrepentido, pero no sabía porque, —Perdón- susurró y fruncí el ceño, —Camila perdón- dijo de nuevo y tomó mi cara entre sus manos, —eres mi hermana, mi hermanita- dijo y negó, —tuve que cuidar de ti, tuve que protegerte y te fallé- susurró y lo miré confundida

—No me has fallado Luke- susurré y negó

—Perdón- dijo de nuevo y se giró entrando a casa con prisa, ¿a qué demonios se refería?, ¿era por lo que paso con Fernando?, ¿por no estar allí y poder hacer algo?, porque no era su culpa, no era para nada su culpa, caminé decidida a entrar y dejárselo claro cuando escuché como un auto paraba, me giré y sonreí al ver el auto de Ed, su cara estaba recargada en el volante y sus manos comenzaron a golpearlo, me alarmé y caminé a prisa hacia él, toqué el vidrio con miedo y su rostro se alzó, sus ojos se encontraron con los míos y se llenaron de, ¿miedo?, ¿Qué diablos pasaba con todos?, “tal vez eres tú la que imagina cosas” repitió una voz y asentí, tenía que ser eso, miró hacía el volante por unos segundos y después quitó la llave, llevó la mano a la puerta y me hice a un lado esperando a que saliera, cuando lo hizo me acerqué a él y lo besé, sus labios sabían salados y no se movían,  el miedo me pegó duro,

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