16.

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 —Dime que estas vestido- grité desde afuera y lo escuché reír

—Solo entra Mila- murmuró y pasé, estaba sin camisa de espaldas a mí parado frente a su closet, llevaba pantalones negros pegados a sus piernas y zapatos causales del mismo color, los músculos de su espalda y hombros se arcaban con cada movimiento

—Estas desnudo- bromeé y rió

—¿debería usar blanca, azul o roja?- preguntó buscando entre sus camisas, sonreí

—Roja- aseguré imaginándonos llegar combinados,  asintió y tomó la camisa roja, se giró y sus ojos y boca se abrieron, sus manos dejaron caer la prenda y me miró de pies a cabeza

—Infiernos, Parker- murmuró con voz ronca y me estremecí, —ves…. Caliente- soltó y tomé un color rojo casa tan rojo como el de mi blusa, —es decir… de la mejor manera- agregó y pestañeó repentinamente, —dios- murmuró y reí, sus ojos me observaban de pies a cabeza, —date una vuelta- pidió y lo obedecí, cuando me encontraba de espaldas a él le escuche jadear y soltar el aire, lo miré de nuevo, su frente estaba húmeda y su respiración se había acelerado, sonreí sintiéndome segura y sexi por primera vez, caminé hacía él y me agaché recogiendo la playera

—Se nos hace tarde, vístete- ronroneé de la manera más baja y delicada en su oído tratando de darle un toque “sensual” a mi voz, sonreí orgullosa cuando gimió por lo bajo y me giré regresando a la cama, me senté y lo miré de nuevo, aturdido coloco su camisa y se cruzó de brazos recargándose en la puerta de su guarda ropa, me miró de nuevo pausadamente y alzó una ceja cuando su mirada encontró mis enormes tacones

—¿podrás bailar con eso?- preguntó señalando mis tacones, reí y me encogí de hombros

—Tal vez- dije con desdén, frunció el ceño y se acercó a mi, tomó mi mano me puso de pie, me pegó a su cuerpo y comenzó a moverse cerca, muy, demasiado cerca de mí, tragué saliva y mantuve mi mirada en la suya, su  rodilla separo mis piernas y la lleve sobre su cadera, me inclinó sobre mi espalda y sentí la presión de su entrepierna, cerré los ojos y mordí mi lengua, me enderezó y giró sobre mis talones y me paró en seco frente a él

—Si, definitivamente puedes- murmuró con su voz ronca, asentí y di un paso atrás, miré el reloj sobre su cama,

 —¡6:20!- murmuré y sus ojos se abrieron, corrió hacía la mesa de noche y después brinco sobre la cama, al bajar piso mal y empujó la cama hacía atrás, esta empujo la mesa y de esta cayó un cuadro partiéndose en pedacitos,

—No- murmuró y corrió hacía la pieza en el piso, —¡no, no, no, no, carajo, no!- gruñó y abrí mis ojos sorprendida

—Podemos conseguir otro antes de que tu madre vuelva- dije pensando que era algo valioso para ella

—No es eso, no era de mamá era mío, era… papá me lo regaló poco antes de… era lo único que conservaba de él y lo he… echado a perder- murmuró con voz quebrada, mordí mi labio, diablos, si que estaba loca

—Yo… puedo arreglarlo- mustisé

—No sería lo mismo Mils, se que venden más pero papá… él hizo este- murmuró

—Yo…- dudé, esto podía arruinar todo, ¿Qué iba a pensar después de que viera lo que puedo hacer?, —¿me prometes que no te pondrás loco y que no gritaras o harás algo así?- sus ojos me miraron confundidos

—¿De que hablas?- preguntó

—Solo… promételo- pedí

—Lo juro- aseguró y sonreí, dejé salir el aire y miré la puerta, esta se cerró al igual que la ventana, puse mis manos sobre las piezas y mordí mi labio idealizando la imagen antes de haber caído, las piezas comenzaron a elevarse, —¿Qué dem…- los ojos de Ed estaban tan abiertos que tuve miedo salieran de su lugar, las piezas comenzaron a acomodarse volviendo a ser la pieza completa que fue antes, cuando esta estuvo restaurada Ed la tomó y la tocó como si no creyera que era la misma, la miró esperando ver algún tipo de truco, —¿Cómo hiciste eso?- preguntó y me encogí de hombros

SECRETOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora