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3 horas y 4 latas de pintura después habíamos terminado,

—Nos ha quedado muy bien- dije y asintió de acuerdo conmigo, —oh no, olvide pintar algo- dije y corrí por la brocha

—¿Dónde?- murmuró y la brocha se estrelló en su mejilla, sus ojos se abrieron con sorpresa y me miró, —no acabas de hacer eso- dijo tratando de sonar molesto pero la diversión era evidente

—oh si- murmuré en burla y negó,

—Te vas a arrepentir- amenazó y corrió hacía mi, su mejilla comenzó a tallar mi rostro y reí a carcajadas,

—¡me has ensuciado!- protesté y rio

 —Realmente me gustas así- dijo y sus ojos se abrieron visiblemente arrepentido de haber dicho eso en voz alta, —se quita con agua- dijo después y asentí, su mamá pasó y nos miró con diversión, después miró la habitación y sonrió

—Les ha quedado genial- dijo y sonreí orgullosa, entonces desapareció, Ed y yo nos miramos y reírnos de la nada

—Mi parte quedo mejor- dije y me miró alzando un ceja, —¿Qué?, es verdad- dije y negó

—oh, claro que si- dijo con sarcasmo y reí

—¡Teddy! Tengo que ir al super, la limonada esta en la nevera- gritó su mamá y sus mejillas se sonrojaron, reí y le apachurre como las abuelas suelen hacer

—¡Teddy! Teddy, teddy, teddy, teddy- me burlé y rodó los ojos, —teddy, aww eres un lindo pequeño, teddy ven aquí- comencé a molestar

—No me digas así- dijo y reí,

—De acuerdo, ya no TEDDY-re nada- dije y solté otra carcajada, negó y caminó hacía mi, pero piso algo mal porque se tropezó y cayó llevándome a mi sobre él

—Mierda- murmuró y comencé a reír, entonces el me siguió, no sabía porque me reía y apuesto que él tampoco tenía una razón, pero... ¿a quien le importaba?

—Dios, parece que tenemos 6 años con nuestros jueguitos- murmuré y negó

—No, a los 6 años nuestros juegos eran más interesantes- dijo y  sonrió, —sobre todo el del doctor- murmuró y mis mejillas se pusieron rojas, debía estar jugando, —solías creerte experta en coches y desarmabas los míos asegurando que los harías funcionar- terminó con una sonrisa burlona y quise golpearlo y golpearme a mi por darle la reacción que él estaba esperando

—Eso es mecánico- dije y se puso de pie

—¿de verdad?- preguntó con sarcasmo y rodé los ojos, estiró su mano y me ayudó a ponerme de pie, —¿tienes sed?- asentí y sonrió, —de acuerdo, bajemos- murmuró y lo seguí detrás, llegamos a la cocina y él sirvió limonada en 2 vasos, tomé el rosa y sonrió, al pasar el liquido dulce por mi garganta solté un sonido de satisfacción que me hizo sonrojar, Ed sostenía su labio entre sus dientes evitando un sonrisa y maldije en voz baja, ¿Por qué no se abre la tierra y me traga y no me escupe jamás?, no podía hacer más el ridículo, para que no se diera cuenta de mi sonrojo tomé otro trago, —tienes lindos labios- soltó y escupí el liquido que aún no tragaba, justo sobre él, oh, vaya, si podía hacer más el ridículo, sus ojos estaban abiertos y sus mejillas sonrojadas, no quería decirlo en voz alta y honestamente desearía que no lo hubiera dicho, me puse de pie y caminé hacía donde estaban las servilletas, regresé y comencé a limpiar, ¿había escupido sobre él?, dios, eso era lo más vergonzoso que me había pasado jamás, —esta bien, no pasa nada, de hecho se sintió refrescante- murmuró y reí, —además supongo que es mi culpa- dijo y mordí mi labio, —Cam..

SECRETOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora