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Jennie llegó al parque lo más rápido que pudo, viendo como en una banca estaba su novia de pelo corto sentada.

Mientras más tiempo pasaba, más de preocupaba, hasta que llegó a donde la chica de pelo corto estaba sentada.

—Jennie— Dijo Yeongseo al verla.

—¿Estás bien? ¿Qué te pasó?— Su expresión mostraba preocupación.

—Yo... lo lamento Jennie— Los ojos de la chica se empezaron a poner rojos.

—Yeongseo, no llores, tranquila— La quiso abrazar, para la chica se negó.

—Jennie, yo...— Sollozó —Tú sabes que yo te amo...—

El miedo empezó a recorrer el ser de Jennie.

—Pero...— Una lágrima salió de su ojo —Esto tiene que terminar—

Sintió cómo su corazón se rompió en mil pedazos. No entendía, ¿Qué había hecho mal? Había sido la persona más linda y comprensible con su amada, y de repente... ¿debían terminar? ¿Después de dos hermosos años? ¿Una semana antes del cumpleaños de Yeongseo?

No, no podía acabar así como así, debía haber una razón detrás de esto.

—¿Por qué?— Jennie también sintió como sus ojos se empezaban a humedecer con lágrimas.

—Mis padres— Soltó lágrimas —Se enteraron de nuestra relación, y me amenazaron y obligaron a dejarte... no solo eso, no volver a tener ningún tipo de contacto contigo—

Lo sabía, esos viejos homófobos, esos idiotas que no dejaban a su hija ser feliz.

Pero no podía hacer nada al respecto...

—Yo...— Un nudo se empezó a formar en la garganta de Jennie —No sé que decir...—

—Lo siento... en serio, como quisiera poder estar contigo el resto de mis días—

Lo entendía, entendía el sentimiento de la chica perfectamente.

—No te veré nunca más...— Habló sin voltearla a ver.

—No... lo siento— Yeongseo abrazó a su, en ese momento, ex novia.

—Entiendo—

Las dos lloraron. La gente que pasaba las veía o con pena o extrañados, pero no les importaba.

Después de sus últimos minutos juntas, Yeongseo tomó sus cosas y se fue.

Pues bueno, no podía hacer nada, en esa sociedad tan retrógrada, donde la gente no dejaba a los demás ser felices. ¿Por qué no solo le tomaban menos importancia o ignoraban a una relación ajena y los dejaban en paz? ¿Era difícil?

Extrañaría a su hermosa Yeongseo, con quien compartió los momentos más felices de su vida.

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Era el cumpleaños de Yeongseo. En ese día, Jennie pudo haberse levantado animada, teniendo un regalo en sus manos para dárselo a su amada. Pero ya no iba a ser así, nunca más.

No sabía si volvería a enamorarse otra vez; tal vez podía jugara ser heterosexual y salir con cualquier chico de piel oscura que llamara la atención de las chicas, tal vez así hubiera sido mejor.

No, era Jennie, amada por unos y odiada por otros. Sin importar que hiciera, la gente la señalaría, así era vivir en una sociedad como esa.

Suspiró. No porque fuera el cumpleaños de su ex novia significaría que se quedaría en casa como si estuviera de luto, no hacía sentido.

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