𝓒𝓘𝓝𝓒𝓞

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Hoy me había levantado con más flojera que de costumbre. Me metí a bañar y pensé que eso me ayudaría a despertarme, sin embargo me dieron más ganas de volver a la cama. Me puse unos jeans ajustados, una playera blanca y un suéter azul ya que estaba un poco fresco el clima, bajé a desayunar rápidamente, se me estaba haciendo tarde. Me despedí de mis papás y salí corriendo a la escuela.

―Hey, Syd ―gritó Sofi―¿Cómo te fue con Jimin ayer?

―No tan bien. Le hablé de Sandy ―comenté caminando aun sin mirarla.

―¿Sandy? ¿Su ex? ―asentí―¿Pero por qué?

―Sofi, no me apetece hablar de eso ―la miré―. A decir verdad no quiero hablar de nada―llegué a mi locker.

―¿Pasó algo más ayer? ―se recargó en el locker de al lado.

―No, ¿por qué preguntas?

―Porque ayer estabas bien, muy feliz y hoy estas...―me miro de arriba abajo―. Así ―casi gritó.

―Tengo flojera Sofi, es eso ―cerré el locker y choqué mi cabeza contra la puerta de éste.

―A mí no me engañas Sydney Lane, ¿qué pasó ayer? ―cerré los ojos fuertemente deseando poder desaparecer a mí amiga de la faz de la tierra, pero yo no contaba con tales poderes.

―Nada ―dije un tanto irritada.

―Sé que pasó algo y vas a decirme ahora o no te dejaré ir a clase ―arqueó una ceja.

―No me dejes ir, igual no tengo ganas de entrar ―dije poniendo los ojos en blanco.

―No hagas eso, siento que me odias ―arqueé una ceja.

―¡Ay, Sofía!―grité―. Vamos al patio, allá te cuento todo. Cuando llegamos al patio nos sentamos en unas bancas y comencé a contarle sobre el día de ayer, si no, sabía que no me la quitaría de encima.

―¿Y cómo vas a saber si él siente lo mismo si no le dices nada? ―dijo Sofi moviendo sus manos para todos lados.

―Sofi ―la miré―, no importa si le digo o no, el no sentirá algo más por mí. Me ve como a su hermana menor, siempre me protege y eso no va a cambiar.

―Por eso mismo debes decirle, por lo que acabas de decirme ―la miré confundida―. Él siempre te protege y siempre lo hará.

―Eso no quiere decir nada ―puse mis ojos en blanco, amaba hacer eso, la enfadaba.

―Si eso no quiere decir nada entonces explica todas esas veces que te ha acompañado a casa, que ha tomado tu mano, que ha estado a punto de besarte...

La interrumpí.

―Sofi, sabes cómo es Jimin cuando bebe deja de estar en sus cinco sentidos ―dije tranquilamente.

Y sí, Jimin había intentado besarme un par de veces.

―¿Es que no lo quieres ver? ―gritó―. Jimin siente algo por ti, por más que tú lo niegues.

―¿De verdad crees eso? ―fruncí el ceño.

―Todos en la escuela creen eso.

―¿Todos? ―arqueé una ceja―¿Y si le digo y él no siente lo mismo por mí? ―me levanté.

―Sería un idiota aunque eso no pasará. Estoy segura de que él siente lo mismo por ti ―volví a poner los ojos en blanco, me estaba sacando de quicio.

―No lo sé Sofía ―respondí bruscamente.

―Anímate a decirle ―me alentó.

Me quedé en silencio por unos minutos. ¿Y si le decía? ¿Y si Sofía tenía razón y yo le gustaba a Jimin? No tenía nada que perder con decirle ¿o sí?

The lucky oneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora