𝓣𝓡𝓔𝓘𝓝𝓣𝓐 𝓨 𝓓𝓞𝓢

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El domingo fue tranquilo, Jimin llamó varias veces pero no respondí, también mandó mensajes, los mismos que no contesté, tenía tarea y eso me había ayudado a distraerme un poco.

El lunes por la mañana hice mi rutina habitual, opté por unos jeans ajustados, una playera de manga larga y unos Keds, decidí no desayunar ya que no tenía apetito, al parecer mi queridísimo amigo Andrés estaba cerca.

―¿Es en serio? ―preguntó Sofi mientras caminábamos a nuestra clase de literatura.

―No tengo necesidad de mentir con un tema como ese ―dije seria mientras acomodaba la correa de mí mochila.

―¿Estás segurísima de que era Jimin? ―se detuvo y a mí con ella.

―Sofi ―la miré molesta.

―Vale, ya lo entendí ―pausó― ¿Hablarás con él? ―negué― ¿Entonces?-

―Voy a ver qué tan honesto puede ser conmigo ―hice una mueca, Sofi se limitó a acariciar mi brazo.

La clase de literatura pasó increíble, nos la pasamos haciendo un ensayo acerca de una película que habíamos visto en clase, Helena de Troya, para ser específicos. Al finalizar la clase caminé a mi locker para coger los libros de ciencias de la salud y de camino al laboratorio, en donde siempre se tomaba la clase, Jimin me interceptó.

―¿Qué tal el viaje a Disney? ―preguntó Jimin colocando su brazo alrededor de mi cintura.

―Increíble ―giré en el pasillo a la izquierda―. ¿Cómo sigue Emily? -

―Ella está bien ―su tono de voz era...diferente, como si estuviese nervioso.

―Creí que llamarías ―lo miré y entonces nos detuvimos en seco.

La gente que pasaba a nuestro lado nos miraba curiosos, no quería que pensaran que era el tipo de novia posesiva, es solo que la actitud de Jimin era diferente.

―He estado muy ocupado, ya sabes que el sábado estuve cuidando a Emily ―asentí tratando de ser comprensiva― y el Domingo estuve todo el día fuera con Emma y mi mamá, fuimos de compras fuera de la ciudad.-

No supe que decir, sabía que debía decirle que lo había visto con Emily pero a la vez no quería hacerlo, ¿por qué le era tan complicado decir la verdad? De todo lo que quería decirle solo salió un:

―Ya veo, debo irme, la clase está por empezar.-

―¿Te veo a la salida? ―negué― ¿Qué? ¿Por qué? ―comencé a caminar y él a mi lado.

―Hoy no puedo, iré a ver a Sofi ―me encogí de hombros y entré al laboratorio.

―Puedo llevarte ―me regaló una media sonrisa― sabes que no me molesta, además no te vi el fin de semana.-

―No te preocupes ―hice un ademan con la mano al tiempo que negaba con la cabeza repetidas veces― Estoy segura de que tienes algo más importante que hacer.-

Me giré para tomar asiento en uno de los bancos que sobraban, el resto de la clase me sirvió para distraerme, resulta que la maestra había llevado un corazón de cerdo y lo tuvimos que diseccionar, fue increíble. Al final tuvimos que dibujar lo que habíamos visto y escribir una conclusión.

El resto del día estuve evitando a Jimin.

Caminé alrededor de media hora para llegar a casa de Sofi, al parecer aun no regresaba de la escuela así que su mamá me hizo pasar a la sala y me ofreció algo de tomar, la esperé alrededor de veinte minutos. Por suerte no se había tardado más, conociendo a Sofi, sabías que podía llegar a demorar una hora, incluso más.

The lucky oneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora