𝓣𝓡𝓔𝓘𝓝𝓣𝓐 𝓨 𝓤𝓝𝓞

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Para ser honesta no estaba disfrutando de la salida ni un poco.

Quiero decir, sí que lo hacía pero no de la manera en la que me hubiese gustado, mis amigos iban con sus parejas y yo simplemente estaba de sobra.

Justo ahora se estaban bajando de la montaña rusa; yo había optado por quedarme cerca mientras ellos terminaban.

―Tú no estás bien ―dijo Sofi sentándose a mi lado en la banca― ¿Quieres hablar?-Me limité a negar con la cabeza.

―Hemos venido a pasarla bien con o sin Lark, ve el lado positivo, hay chicos lindos aquí, así que escoge a tu victima ―se acomodó en la banca examinando a los chicos que pasaban frente a nosotras.

Ella tenía razón, yo no podía seguir amargándome el día solo porque Jimin no había venido. Me puse a escanear con la mirada a los chicos hasta que mi vista se detuvo en un grupo de chicos altos. Eran realmente lindos.

―El de azul cielo ―sonreí.

―¡Oye tú! ―gritó Sofi, me limité a reír por lo bajo―Ven.-

―Sofía ¿Qué te ocurre? Tengo novio.-

―Hoy no ―sonrió.

Antes de acercarse, los chicos se señalaron, como preguntándole a Sofi si era a ellos a quienes les hablaba, Sofi asintió y luego señaló al chico de azul. El chico se acercó a nosotras, era alto, de cabello oscuro y piel no muy blanca pero tampoco muy moreno, podía decir que hacía ejercicio, su espalda era ancha y sus brazos estaban trabajados.

―Hola ―saludó y nos regaló una sonrisa preciosa.

―Esta es mi amiga Sydney Lane y yo soy Sofía ―sonrió y el chico besó nuestras mejillas.

―Jonathan ―sonrió.

―Bien, los dejo ―se levantó Sofi, una oleada de nerviosismo invadió mi cuerpo y me asuste, no por estar con el chico, más bien por lo que me había hecho sentir― Te veo más tarde Lane ―asentí y sonreí aún nerviosa.

―¿Puedo sentarme? ―preguntó señalando el espacio vacío que había dejado Sofi.

―Oh, si, adelante ―una risa estúpida salió de mi boca― Siento que mi amiga te haya llamado, seguro vienes con tus amigos o con tu novia.-

―Vengo con unos amigos, ellos vienen con sus novias ―rió― Soy el soltero del grupo, ¿tú tienes novio?-

―Si ―asentí― pero no vino ―hice una mueca― Está... cuidando a una chica.-

―Ya veo ―pasó una mano por su cabello y unas ganas inmensas de tocar su cabello me invadieron―. ¿Alguna amiga?-

―No ―negué― la líder de las porristas.

Supongo que notó mi incomodidad ya que después de eso me propuso ir a las tacitas locas, era una de las atracciones que más me gustaban, menos cuando acababa de comer; ya tenía malas experiencias.

Cuando nos bajamos de las tacitas ambos terminamos muy mareados, menos mal que no vomité, porque de haber sido así, que vergüenza. Nos fuimos a sentar a una banca que estaba cerca para esperar a que el mareo pasara.

―Me alegra no haber comido antes ―sonreí― todo se me hubiera salido allá en las tacitas.-

―Hablando de comer, muero de hambre ¿tú no? ―me miró mientras me miraba de reojo.

―Si ―sonreí.

―Perfecto ¿en dónde quieres comer? ―dijo mientras sacaba un mapa del parque― tenemos el Broadwalk pizza & pasta, Clarabelle's, Daisy's diner que es de pizza, La casa de Pluto en donde venden hot dogs y más pero estos se ven más ricos ―rió.

The lucky oneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora