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Sydney's POV

―¿Me dirás o no Jimin? ―lo miré desesperadamente.

Habían pasado apenas dos minutos y ya se me habían hecho una eternidad, realmente quería saber la razón por la que no podíamos ni hablarnos, era una situación muy tonta.

―No pod... ―pausó― No podemos ser amigos―me miró.

―Es porque tú no quieres o... -

―No sé cómo explicarlo ―desvió la mirada.

Odiaba a este Jimin, era misterioso y bipolar, un momento estábamos completamente bien y al otro era frío y cortante conmigo, ¿a qué demonios estaba jugando?

―¿Explicar qué? ―pausé― ¿Por qué de repente no podemos ser amigos? ¿Cuándo se volvieron así las cosas? -

―¿Así cómo?-

―Un día somos novios y al otro ya no, además dices que ya no podemos ser amigos, no lo entiendo ―suspiré― ¿Seguro que todo está bien? -

Antes de responder me miró, pareciera que con la mirada quisiera decirme algo pero no podía entenderlo, se veía mal, ¿acaso estaba mal?

―Sí ―dijo con un tono de irritación― Emily va a venir ―pausó― no quiero que tengas problemas, por favor vete.-

―Pero... ―se levantó y caminó hacia mí, me extendió su mano y la tomé para impulsarme y levantarme de mi lugar, después me soltó.

―Te llevaría a tu casa pero Emily estará aquí en unos minutos ―caminó a la puerta y yo detrás de él.

―Jimin―se detuvo en seco y se giró para mirarme― no quiero que las cosas se queden así ―me acerqué a él y me vi en la penosa necesidad de levantar mi cabeza para poder verlo bien.

―No pasará eso ―negó con la cabeza.

―Pero... -

―Yo tampoco estoy bien con esta situación ―colocó su mano sobre mi mejilla.

―Harry ―susurré.

Me miró por unos segundos y poco a poco se fue acercando a mí, podía sentir su respiración chocar con la mía pero entonces su celular sonó una vez más haciendo que Jimin se separara bruscamente.

―En serio debes irte ―tomó mi mano con la que hace unos segundos tocaba mí rostro y entrelazó sus dedos con los míos― Voy a arreglar esto ¿sí? -Lo miré más confundida que nunca, ¿por qué no me decía nada?

―Confía en mí.

―No entiendo nada ―parpadeé un par de veces.

―Lo sé ―pausó― ¿nos vemos más tarde? -

―¿Más tarde? ―asintió.

―Iré en la noche a tu casa, cenemos juntos ―arqueé una ceja.

―De verdad que no te entiendo, eres un maldito bipolar ¿o qué? ―me miró divertido y luego se soltó a reí, me enojé ante su reacción.

―Nos vemos al rato ―se acercó y besó mi mejilla― ahora vete.-

Abrió la puerta y salí más confundida que nunca. Iba de camino a casa cuando mi celular comenzó a sonar, era mi mamá.

―¿Cómo te fue? ―su voz sonaba tranquila.

―No diré que bien pero tampoco me fue mal ―me encogí de hombros a pesar de que sabía que él no podía verme.

―Hablamos mañana ―pude imaginarla sonriendo, ella siempre estaba sonriente.

The lucky oneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora