Después de la pelea que tuve ayer con Jimin, esta mañana me levanté un poco desganada. Me costó trabajo hacer mi rutina diaria; me metí a bañar y me puse unos jeans y una playera azul cielo de manga larga.
No me apetecía ir a la escuela hoy pero mi mamá no me dejaría faltar por ningún motivo.
―Cielo ¿estás bien? ― preguntó mi madre mientras me pasaba un vaso de leche ―Te noto diferente. ¿Es por lo de Jimin ―asentí―Deberías hablar con él.—
―Tal vez lo haga, pero no ahora ―dije tomando mi leche rápidamente.
A penas llegué a la escuela busqué a Sofía para contarle lo sucedido con Jimin el día anterior. Mientras le contaba, caminábamos al locker de Sofi ya que quería dejar unos cuantos libros y tomar otros.
―Entonces peleaste con Jimin ―dijo Sofi sacando unos libros de su locker.
―Oh, vamos Sofi ―me quejé―¿En serio solo dirás eso? ―recargué mi cabeza en el locker que se encontraba junto al de Sofi.
―¿Qué puedo decirte? ―me miró―Es un idiota ―ella tenía razón. Lo era―Es el mariscal de campo del equipo de americano de la escuela, Jimin el popular, el chico con el que todas las chicas quieren tener algo. A los atletas como él les falta un poco más de cerebro ―se encogió de hombros.
―Pero Jimin no es así―suspiré.
―Amiga ―colocó su mano sobre mi hombro―, peleaste con él a causa de Emily. ¡Emily!, la linda porrista de piernas lindas, cabello lindo; básicamente es una chica Victoria's Secret sin ser descubierta aún ―eso dolió ―No quiero que estés triste por culpa de Jimin, no lo vale ―me abrazó.
Sofi me dejó en mi salón mientras ella se iba a laboratorio de química. Debo admitir que lo que había dicho de Emily me había puesto muy triste pero me alegraba que Sofía fuera del tipo de amigas que no te dicen las cosas como son, sólo porque no quieren verte mal por alguien.
Posiblemente Jimin siempre había sido muy superficial y no me había dado cuenta de eso ya que mi enamoramiento por él me lo impedía. Tal vez era necesario que ocurriera eso para que me diera cuenta.
Estaba atenta a lo que decía la profesora Hayes, algo sobre las células vegetales, cuando la puerta se abrió. Un chico alto de cabello un poco lacio y ojos cafés entró llamando la atención de todos.
―¿Sí? ―se giró la profesora para mirarlo.
―Er...soy nuevo aquí ―le entregó un papel―Me dijeron que viniera a esta clase.—
―Oh claro ―dijo ella―¿Puedes presentarte?—
―Hola ―miré hacia los lados y me percaté de que las chicas a mi alrededor estaban atentas a cada palabra que él decía―soy Luke y he venido a estudiar aquí porque transfirieron a mi papá.—
―Muy bien Luke ―sonrió la profesora―Puedes tomar asiento por allá ―dijo señalando una banca vacía en medio de varias chicas.
La profesora dejó de tarea que dibujáramos las células vegetal y animal. Además debíamos anotar los nombres de las partes de éstas; no era la cosa más divertida del mundo, pero me mantendría alejada de pensar en Jimin.
―¡Hey! Me giré cuando iba a mitad del pasillo. Era el chico nuevo, Luke. Corrió hacia mí.
―Soy Luke ―quería decirle que era algo que ya sabía, pero no quería sonar grosera―Me preguntaba si podrías darme un recorrido por la escuela.—
―Sí ―respondí no muy entusiasmada. Dijo algo que no logré escuchar y comenzamos a caminar.
Le mostré los laboratorios, tanto el de química como el de biología; el aula de cómputo, la biblioteca, los baños, la cafetería, que por cierto estaba llena de gente; la cancha de soccer, el gimnasio, en donde también se encontraba la cancha de basketball, y por último, la cancha de americano.
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The lucky one
Teen FictionCuando tu mejor amigo es el mariscal de campo del equipo de football americano de la escuela, no sabes quienes son realmente tus amigas. Todos los derechos a su autora.