Jimin's POV.
Dudoso toqué el timbre, unos pasos se escucharon acercarse y mis manos comenzaron a sudar, comencé a pasar saliva con dificultad y entonces miré a Dave quien asentía en señal de apoyo, Sofi sonrió pero no era una sonrisa de felicidad, en realidad había mucha preocupación en su mirada.
―¡Jimin! ―exclamó Jonathan apenas me vio―. ¡Que gusto verte!-
―Me encantaría decir lo mismo ―sonreí amargamente― pero vengo por otra cosa.-
―¿Por tu novia? -
Mierda.
―Emily ―pasé una mano por mi cabello― ¿en dónde está ella? -
―Ella está bien ―sonrió― Que mal educado eres Jonathan, pasen chicos.-
Sabía que Emily era hipócrita pero jamás me imaginé que lo fuese tanto. Me giré para mirar a mis amigos y les hice una seña para que entráramos, no me inspiraba confianza este lugar.
Por dentro era un asco, todo se veía deteriorado y sucio, ¿cómo es que alguien podía vivir de esta manera?
―Ya vuelvo ―sonrió Emily mientras subía las escaleras.
La observé a cada paso que dio y luego la perdí de vista, escuché el sonido de una puerta cerrándose y luego un silencio total. Jonathan nos miraba atentamente, como si en cualquier momento fuéramos a hacer algo contra él.
El silencio se llenó cuando escuchamos unos quejidos.
―¿Qué le está haciendo? ―me levanté y caminé hacia Jonathan.
Él no se inmutó, sólo me miró con una sonrisa burlona y entonces me eché a correr escaleras arriba, pude sentir los pasos de alguien justo detrás de mí y luego un gran golpe.
Jonathan se encontraba tirado a lo largo de las escaleras junto con Dave.
―¡Ve por ella! ―me gritó mientras él forcejeaba con Jonathan. Sofi estaba parada frente a ambos en shock.
―¡Sofi, te necesito! ―le grité y entonces reaccionó.
Pasó a un lado de su novio y el otro chico quienes yacían en el suelo, lucía asustada y la entendía.
Corrió para llegar conmigo al final de las escaleras y entonces comenzamos a acercarnos a cada una de las puertas y tratando de abrirlas.
―¡Aquella! ―gritó Sofi.
Ambos caminamos a paso rápido para llegar y cuando quisimos abrirla, estaba cerrada con llave; comencé a patear la puerta con desesperación y los quejidos eran cada vez más frecuentes, podía escucharla llorar.
Comencé a patear la puerta con mucha más fuerza y entonces la quebré. Increíble ¿no?.
Emily se encontraba golpeando en el estómago a Sydney.
Sofi no se lo pensó dos veces y se abalanzó sobre ella, ambas comenzaron a pelear.
Corrí hacia Sydney y le desaté las manos, quité la venda de sus ojos y la soga que ataba sus piernas.
―¡Jimin! ―era Dave.
Pero antes de poder reaccionar por completo, sentí un gran golpe cerca de mis costillas.
―¡No! Sydney.
Me retorcí en el piso tratando de hacer algo pero el dolor era insoportable. Todo se volvió negro.
+ + +
―Está despertando ―escuché.
Cuando abrí los ojos, una señorita con bata blanca y un señor ya grande estaban parados a mi costado, me era un poco difícil verlos, la luz me lastimaba la vista.
―¿En dónde estoy? ―pregunté mientras me sentaba en la cama, a mi alrededor había una máquina que estaba tomando el pulso de algo.
Seguí los cables con la mirada y me di cuenta de que monitoreaba mi pulso.
Estaba en un hospital.
―En el hospital ―respondió el señor de una manera amable pero serio― Anoche llegaste inconsciente, venías bastante golpeado, afortunadamente estás bien. Bueno, en lo que cabe lo estás.-
No recordaba con mucha claridad lo que había pasado anoche, tenía algunas imágenes borrosas de Dave forcejeando con alguien más y de...
―¡Sydney! ―me levanté de golpe y me mareé― ¿En dónde está ella? ―hice el intento de levantarme pero el doctor me detuvo.
―No se levante joven, debe reposar, yo llamaré a los chicos ―dejó su bitácora sobre un mesa y salió de la habitación.
El doctor salió por la puerta y unos segundos después entraron Dave y Sofi.
―¡Jimin! ―Dave se acercó a mí y me abrazó― ¡Estoy tan feliz de que estés bien! Creí que no lo contarías.
―¿Saben algo de Sydney? ―los miré.
―Ella está bien, está descansando en la habitación de alado ―dijo Sofi mientras se sentaba sobre la cama.
Me dejé caer sobre la cama aliviado.
+ + +
―Hey, feo ―me moví y me tapé con las cobijas― Feo ―susurró en mi oído.
Me giré suavemente y abrí los ojos, los tallé antes de abrirlos por completo y entonces la vi. Llevaba algunos moretones en su mejilla pero su mirada era de tranquilidad.
Me levanté un poco y la abracé, la abracé tan fuerte que por un momento creí que la mataría.
―Te ves horrible ―sonrió de una manera juguetona― ¿Aún te duelen? ―pasó su majo sobre los moretones que estaban en mi cara.
―Si, en reciente ―sonreí―. ¿A ti? Se limitó a asentir.
Sofi y Dave entraron a la habitación lentamente y se acercaron a nosotros.
―Traemos buenas noticias ―sonrió Sofi.
Nos contó que Jonathan y Emily se encontraban declarando acerca de lo que habían hecho y que lo más seguro era que pasaran unos cuantos meses o años en la cárcel, lo cual sonaba totalmente increíble, lo merecían.
―Y después de todo esto... ―agregó Dave― ¡Ya nos vamos a graduar!-
Después de que Dave y Sofi se fueran, Sydney se quedó conmigo, al día siguiente tuvo que irse y el poco rato me dieron de alta.
Genial, siempre había odiado los hospitales, olían a pura medicina y la gente se veía siempre triste, desafortunadamente.
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The lucky one
Roman pour AdolescentsCuando tu mejor amigo es el mariscal de campo del equipo de football americano de la escuela, no sabes quienes son realmente tus amigas. Todos los derechos a su autora.