Cuando vi a Frank en aquel estado, sentí que se revolvió todo en el interior, fue cuando sentí que este "sueño" donde aparentemente viajo en el tiempo terminó convirtiéndose en una pesadilla de la cual pronto despertaría y me encontraría muerto o en una camilla de hospital atado a unos cables... Pero nada de eso sucedió.
Esto es peor de lo que había visto antes. Ya he dicho que muchas veces Frank regresaba a la escuela con moretones que se ocultaban debajo de su ropa y eran muy difíciles de ver. Cuando hacíamos el amor en mi habitación, él evitaba quitarse sus camisetas de manga larga, cuando cedía y me dejaba verlo desnudo era porque no tenía nada que esconder, sin embargo, a veces notaban algunos moretones en sus costillas; manchas que pronto sanarían pero que aun así eran alarmantes. Y cada vez que le preguntaba el motivo de aquellos golpes, siempre daba la absurda excusa de que se había peleado con algún sujeto de su barrio.
Quise gritar, quise encontrar la manera de socorrerlo, no lo sé, quise hacer algo útil ¡Cualquier cosa! Pero me quedé inmóvil por un tiempo indefinido, hasta que un escalofrío me recorrió todo el cuerpo cuando sentí una mano en mi hombro, sólo entonces, me sobresalté, pero de mi boca no salió ni un solo sonido.
Al voltearme, me encontré con la mirada fría de Linda Iero. Cuando era pequeño, la madre de Frank me daba un poco de miedo, aunque en aquel tiempo, cuando los adultos me superaban con creces en altura, solían parecerme intimidantes, pero con la señora Iero era otro caso; me infundía una vibra oscura, sentía su presencia como la de una bruja malvada de cuento de hadas y las cosas que decía Frank sobre ella no cambiaban mi forma de verla. Mi mamá decía que Linda no era una mala persona y más de una vez me regañó por "faltarle al respeto" sólo por pensar esas cosas sobre ella. Ahora es distinto, ahora yo soy más alto que Linda, pero aun así me infunde miedo, las arrugas que se han formado con el paso de los años le han agregado dureza a su rostro naturalmente amargado y gris, ahora, más bien, parece trastornada, más que antes.
— ¿Qué haces aquí? — Me preguntó, cruzándose de brazos.
Sólo hizo falta que hablara para que Frank mostrara señales de vida, apenas moviendo sus manos, tratando de sostenerse con ellas y levantarse, de sus labios brotó una especie de gemido de dolor.
— Ay, Frankie. — Linda, ignorándome por completo al ver a su hijo, se acercó a él.
Yo sólo me quedé allí tieso, impactado con la escena, porque me parece muy raro que improvise esa ternura de madre hacia él, y le llamo "improvisar" porque no termina de convencerme.
Linda tomó las mantas de la cama de Frank y lo cubrió con ellas.
— ¿Te caíste de la cama? — Dice, ayudándole a levantarse del suelo.
« ¿Qué?». Me dije. « ¿Qué mierda?»
— ¿Qué le ocurrió a Frank? — Pregunté con el carácter suficiente para no demostrar mi miedo y hacer valer mi presencia.
Aunque trató de evitarlo, sus labios se curvaron en lo que detecto como una sonrisa maliciosa.
— ¿Por qué no respondes tú mismo, cariño? — Dijo, apretando los hombros de Frank con supuesto amor, pero él sólo ahoga un sollozo.
— Tuve una pelea con alguien a quien le debía dinero. — Respondió en un tono muy bajo, con una profunda voz gutural, sin atreverse a levantar la mirada.
Y de nuevo, se me revolvieron las entrañas y mi estómago terminó atado en nudos.
Todo el asunto de "me peleé con alguien" sólo era una excusa.
Siempre fue una maldita excusa.
Linda ayudó a Frank a acostarse en su cama y se aproximó hacia mí para tomarme del brazo. Sus uñas se clavaron en mi piel, pero parece que no se da cuenta, porque tiene una sonrisa... ¿Amable?
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1998; Frerard
FanfictionGerard es un adulto de treinta y ocho años que siente que su vida es un completo despropósito y sólo le gustaría poder regresar en el tiempo para corregir su mayor error, su máximo arrepentimiento: No haber podido salvar a Frank Iero.