Capítulo 25

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Closing time; time for you to go out go out into the world

El juicio se llevó a cabo el domingo, y el lunes no quise ir al colegio, sólo asistí porque mis padres me obligaron a hacerlo, ya que no podía atrasarme con la escuela. De hecho, tenía un examen ese día sobre el libro Matar a un Ruiseñor, el cual, por suerte, es uno de esos libros que he leído varias veces, así que si no fuera por eso, mi desempeño escolar estaría jodido.

Frank estaba en ese hospital psiquiátrico en Princeton, y ahora yo me mantenía en la incertidumbre, porque no sabía si él podría recibir visitas. Ni siquiera sabía si podrían dejarlo salir para nuestra cita del cuatro de abril, aunque suponía que eso dependía de él y de cuánto pudiese mejorar en las dos semanas que faltaban para el festival. Sin embargo, decidí prometerme a mí mismo no desilusionarme si la cita no llegaba a suceder, porque lo importante es que Frank estuviera vivo y en algún momento estaría bien.

Llegué a la escuela con mis audífonos puestos para no tener que lidiar mucho con la realidad. Pero apenas puse un pie adentro, me encontré con un pequeño grupo aglutinado en la entrada, y ese pequeño grupo eran los integrantes del equipo de fútbol americano. Cuando me aproximé, noté que el centro de atención era Brendon, quien estaba entrándose a golpes con Jared. Bob y Ray no estaban por ninguna parte.

Me quité los audífonos, viendo estupefacto la escena... Brendon estaba bastante lastimado porque obviamente Jared era más fuerte que él, no obstante, eso no significa que no haya dado pelea, si más bien, él fue quien inició el conflicto. Salí de mi trance y procedí a hacer lo más sensato, lo cual fue intervenir para detenerlos, en vista de que ningún profesor llegaría.

— ¡Hey! ¡Ya paren! — Tomé a Brendon de los brazos, quitándolo de encima de Jared mientras le golpeaba el rostro. — ¡Brendon, basta! — Lo jalé más fuerte, y fue cuando él cedió y se levantó, limpiando la sangre de su nariz con el dorso de su mano.

— ¡No digas que sientes pena por él si tú también contribuiste a lo que pasó! — Le gritó a Jared. — ¡Eres tan abyecto!

« ¿Qué pasa? ¿Por qué estarán peleando?». Me pregunté.

Era demasiado shockeante para mí ver a Brendon, el adulador de Jared, reaccionando contra él.

— ¡¿Y qué hay de ti?! — Jared se levantó, y se acercó peligrosamente a él, sin importarle que yo estuviera presente. — ¿Ahora te vas a hacer el inocente? Que yo sepa... Tú también molestabas al marica de Iero. — Abrí los ojos desmesuradamente al haber escuchado su apellido. — ¿O qué? ¿Lo hacías para disimular igual que Gerard? — Me miró a mí con desprecio. — Porque, la verdad, no me sorprendería.

— Me arrepiento tanto de haber intentado ser tu amigo y haber querido ganarme tu confianza por un simple capricho... — Contestó lleno de rabia. — Si hubiese sabido que eso implicaría hacer mierda a una persona que en casa vivía un infierno sin que nosotros lo supiéramos, no lo hubiera hecho.

— Si de verdad fueras una buena persona, Brendon, no "lo habrías hecho mierda"; da igual si supieras que lo maltrataban o no... No trates de ser tan moralista ahora, cuando sabes que eres igual que yo, y nunca dejarás de serlo... Es la realidad y hay que afrontarla.

La respuesta cínica de Jared pareció afectarle más de la cuenta, pues mientras que él se fue caminando vanagloriándose como siempre a pesar de tener el rostro jodido por los golpes, Brendon se puso a llorar, y para evitar seguir exponiéndose, se soltó rápidamente de mi agarre y salió corriendo fuera de la escuela.

1998; FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora