Prólogo

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Contiene: Lenguaje explícito, homosexualidad.

Así que si estás en contra de la homosexualidad y solamente vienes aquí para insultar te puedes ir retirando, gracias.

Repito, no es una historia de amor... 

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—¡Ven! —Dijo el muchacho rizado entre risas.

—¿Qué deseas, mi vida? —Dijo agarrándole la cintura en pleno centro comercial, con su sonrisa y sus ojos expresando felicidad que salían arrugas de los extremos.

—Solamente quiero ser feliz contigo. Eso es lo único que deseo —Expresó con una sonrisa de por medio, dando a conocer sus grandes hoyuelos y una felicidad vista a kilómetros de distancia.

—¿Te imaginarías si el mundo fuese como nosotros quisiéramos, Harry? Podríamos construir un universo aquí, solamente los dos, cerca del otro, sin palabras, sin nada, solamente los dos —Dijo señalando partes del cielo y luego acercándose a él para proseguir.

—Pero nuestra casa es nuestro universo —Dijo Harry haciendo un ligero puchero.

—Me refiero a la familia… Si nuestra familia nos apoyase y eso, Hazz... 

—Bueno, sí, pero no podemos hacer nada contra ello, ellos son así, no podemos hacer nada contra ellos como ellos no pueden hacer nada contra nosotros. Somos infinitos. Somos irrompibles, mi amor, mi vida, mi corazón, eres lo único que me ilumina, eres mi razón por la cual salir adelante. Nunca me dejes, ¿Sí? Si ellos lo hicieron, no me importa, mientras yo te tenga aquí, yo voy a estar bien.

—No lo haré. Nunca, Haz. Te lo prometo.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

Narra Harry:

Y lo besé, no fue un beso que era planeado ni nada necesitado, era un beso que había nacido por el momento, por el sentimiento, para sellar el momento y la promesa. Él era mucho más bajo que yo, como tal, le tenía ventaja. Puse mis manos en su cintura, mientras que él se esmeraba para llegar perfectamente a mis labios sin tener que sufrir por la altura, andaba de puntitas, y yo lo único que hice fue bajar más mi cabeza de tal manera que todo fuese más cómodo. Se escuchaba nuestros pequeños besos. Lo besaba con piquitos y así hasta que agarré su labio inferior y mantuvimos esos pequeños y lentos movimientos. Parecía un niño dando su primer beso. Nos separamos, y ví sus ojos, sus hermosos ojos, color zafiro, unos ojos únicos, lo que expresaba con ellos.

Olvidamos… que estábamos en un centro comercial. Habían personas que se habían quedado enfrente de nosotros sonriéndonos como había gente que nos miraba como algo raro.

—¿Eso fue raro para ti? —Me preguntó, mirándome. Pude centrarme y verme en esos ojos grandes y tan brillantes como una piedra de zafiro. Azul como el cielo, reluciente como un día de verano.

—¿Qué?

—Esto, el haber besándonos tan brutamente, siempre nos hemos besado de diferente manera.

—Es imposible que mi cerebro esté conectado a mí cuando tus labios están cerca de mí, Lou.

 Y sonrió. Su sonrisa… su bendita sonrisa. Me completaba, me acariciaba, me decía que la vida era hermosa y que debía quedarme aquí para seguir viéndola. 

♡ Escritos para Louis ♡ | Larry Stylinson | EDITANDO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora