Escrito #11

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Maratón 2/2.

No pasó nada más que eso interesante después de eso, ahora estamos 8 de la mañana, un día demasiado frío aquí en Londres, así que me puse un pantalón de buzo de algodón con unas vans, y una campera, nada fuera de lo normal. Ayer le pedí el carro a Zayn de nuevo, y me dijo que toda esta semana estará de viaje con su familia, lo cual me alegró muchísimo porque Zayn adora a su familia y sé que estará más que feliz con eso. Y también me alegró porque con este frío hubiese sido lo peor caminar hasta la universidad. Me dirigí con el carro a tomar primero un café a Starbucks, he estado leyendo desde que volví a casa después de la universidad y la clase junto al libro no parecen difíciles aunque habían cosas que ni yo mismo entendía pero tal vez luego entenderé. No parece una materia difícil en sí. Tomar café me pone de tan buen humor, aunque me dio ganas de devolverlo después de pensar que a Eleanor le gusta el café.

Le deberían gustar las operaciones, para que se opere esa horrorosa nariz que tiene. Parece un ave.

Bueno, en fin, estoy desayunando y procuraré no devolver el desayuno. Luego de terminar mí desayuno agarré un periódico y empecé a leer cosas que en realidad ni me importaban pero lo hacía para matar el tiempo en sí.

Llegó de la manera más rápida las 8:35 y me fui. Las calles estaban despejadas felizmente. Así que estacioné el carro y me dirigí a mi salón de clases, sin mirar a nadie ni mucho menos saludar a nadie y me senté en la quinta fila de las doce que habían, creo, y estaba la misma chica que estaba el día de ayer a mi lado.

—¿Harry Styles? —Escuché diciendo, una voz fina, aguda, pero linda, familiar.

—¿A caso aquí todos saben mi nombre? —Volteando, con media risa en mi cara— Sí, ese mismo.

—¿No me reconoces, idiota? — Me dijo, mirándome. Su cara me parece tan conocida, ojos mieles verdosos, pero maquillados, delgada a mil, con un estilo grunge. Aunque me exalté un poco cuando me insultó.

—Me pareces conocida, pero sin duda no logro reconocerte, perdón.

—Ay, ricitos, soy yo, Anabelle.

—¿BELLE? ¿ERES TÚ?

—¡ESA MISMA!

 Y nos dimos un abrazo demasiado fuerte, ella era una gran amiga mía en primaria, pero nos alejamos porque ella se tuvo que mudar y tuvieron que cambiarla de escuela. Típico y cliché. Pero éramos mejores amigos, ella me contaba de todo, y yo a ella, incluso ella fue la primera en saber cuándo me enamoré de un chico y me fui descubriendo poco a poco. Fuimos amigos incluso hasta los 14 años y hablábamos por teléfono pero luego poco a poco nos fuimos alejando y dejamos de llamarnos, hasta ahora.

Todos voltearon a vernos extrañados, pero me importaba muy poco. ¡Estaba con Anabelle!

—¿Qué mierda haces aquí, come penes o ya probaste alguna vagina y te cambió la vida? —Dijo, casi gritándolo, sentí que hasta mi razón de vivir se puso roja de vergüenza. Algunos que recién llegaron voltearon mirándonos raro, pero luego no le prestaron atención.

—Cállate, idiota. ¿Cómo has estado todo este tiempo?

—Pues nada, tuve muchos problemas con mis padres, así que decidí ser lo que yo quería ser. No querían una hija “punk-emo” y la única condición que querían para quererla es que estudie derecho, y ni cagando, así me metan 3 piñas por la vagina. ¿Entiendes mi punto?

—No has dejado de ser vulgar, como me doy cuenta —Dije riéndome— Si, lo entiendo perfectamente.

—Nunca, cariñito. Pero ¿Cómo has estado tú?

♡ Escritos para Louis ♡ | Larry Stylinson | EDITANDO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora