El comedor del instituto se había llenado y como siempre había un enorme bullicio, pero hoy era uno de esos días en los que Katsuki no soportaba ese ruido, poco a poco se estaba cabreando y su cabeza comenzaba a darle vueltas por culpa del resfriado, también su temperatura corporal subía lo que hacía que sudara más. Sus nervios estaban a punto de estallar y en cuanto escuchó el ruido de alguien golpeando la mesa explotó.
Bakugou: ¡CALLAROS MALDITAS ESCORIAS. OS CREEIS QUE ESTAMOS EN UN GALLINERO ¡
El silencio fue inmediato y como si el tiempo se congelase nadie se movió algunos incluso dejaron de respirar por miedo. El único que se movió fue Bakugou quien dejó la sala cabreado, una vez fuera del comedor los demás volvieron a hablar pero un poco más bajito.
Katsuki necesitaba dormir, en su mente no paraban de aparecer imágenes de colchones y almohadas, no aguantaría más sin poder dormir. Se dirigió hacia el salón de clase, aunque no era el lugar más cómodo se obligaría a sí mismo a dormir aunque eso significase tener que repetir su pesadilla una y otra vez. Cuando llego al pasillo se escuchó un pequeño estruendo, como si una silla o una mesa se hubiese caído “Genial más ruidos, ¿porque la gente es tan jodidamente escandalosa?” Al abrir la puerta del aula se maldijo “Otra vez, otra vez maldita sea. Porque tengo esta maldita mala suerte para encontrarme con esta mierda mientras hace uno de sus numeritos” Sin pensárselo dos veces quemó la cuerda y el cuerpo del peli-verde cayó al suelo. No hubo ningún movimiento en la sala durante los próximos diez segundo. Bakugou miraba con ira el cuerpo de Midoriya, su mirada comenzaba a emborronarse, esa situación estaba llevando su conciencia al límite, estaba empezando a perder el equilibrio, de un momento a otro caería al suelo y lo sabía, pero no podía permitirse caer y dejarse en semejante estado de desprotección, después de todo tenía muchos enemigos. Pero perder el conocimiento parecía inevitable, su cuerpo no le hacía caso y cuando estaba a punto caer un quejido le devolvió algo de fuerzas, las suficientes como para mover su pierna y retomar el equilibrio.
Midoriya abrió lentamente los ojos, le dolía la espalda y el hombro por la caída, se preguntaba qué hacía ahí, ¿había muerto? ¿ese era el infierno?, pero sus dudas se despejaron cuando sus ojos se posaron en Bakugou.
Bakugou: Yoh, escoria.
Ver a Midoriya despierto en frente de sus ojos le causaba muchas emociones, por un lado sentía alivio de verle con vida y por otra rabia y ganas de matarle por volver a hacerlo, ahora estaba seguro de que sus pesadillas aumentarían. Lentamente se comenzó a acercar a Midoriya, cuando estuvo enfrente de él se puso de cuclillas. Izuku solo miraba, estaba algo asustado pero no lo suficiente como para gritar o retroceder, cuando Bakugou estuvo a la altura de sus ojos, los dos conectaron miradas. De nuevo se hizo el silencio, ninguno sabía que decir en esa situación. A Midoriya le extrañaba que Bakugou le hubiese salvado la vida y Bakugou pensaba que porque lo había hecho. Después de un pequeño momento los rubíes dejaron de observar a las esmeraldas y comenzaron a recorrer el cuerpo del muchacho. Se fijó sobretodo en la cuerda y la marca que había dejado en la blanca piel del joven. Esa marca le había hipnotizado y alzó la mano, quería tocarla. Al ver las tentativas de Bakugou el chico abrió los ojos como platos sorprendido y rápidamente los cerró con todas sus fuerzas, en ese instante la mano de Katsuki ya había alcanzado su cuello y sus dedos se paseaban por la roja piel del muchacho que en ese momento estaba más sensible de lo habitual y los dedos de su compañero se sentía como cosquillas. Pero ese pequeño contacto le hizo darse cuenta de algo a Midoriya, esas manos que normalmente están frías, menos cuando usaba su particularidad, ahora estaban cálidas. Abrió los ojos y se fijó en el rostro de su amigo de la infancia estaba ligeramente colorado.
Midoriya: ¡Kacchan estás enfermo! espetó de repente mientras alzaba su mano a la frente del otro.
Este gesto sorprendió al de ojos escarlata, a la vez que le cabreo.
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Quirkless
FanfictionEn un mundo en el que todos destacan por algo, en el que los villanos atacan a menudo a los ciudadanos y los jóvenes hacen bullying a aquellos que no tienen particularidad. En este mundo tenemos por un lado unos pocos superhéroes que salvan y otros...