Todoroki-kun

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Después de ese fallido intento de suicidio Izuku dejó que las cosas se calmasen mientras pensaba en que es lo siguiente que querría probar “tiene que ser algo inmediato” murmuraba intensamente a la vez que escribía en su cuaderno. Desde lejos Bakugou le observaba con el ceño fruncido. Ese día cuando se despertó después de su repentino desmayo estaba en la enfermería de la escuela, al parecer Kaminari y Kirishima le habían llevado para que descansase, aunque lo que nunca averiguará es que Midoriya fue quien alertó y sugirió a sus amigos que lo hiciesen.

Sonó la campana que le ponía fin al tercer periodo y así Midoriya Izuku se dirigió al comedor, tomó una bandeja y se colocó en la fila para obtener su comida. En el menú de hoy había empanadas y puré de patatas. El puré de patatas de la cafetería era asqueroso, el peli-verde siempre creyó que para elaborarlo usaban desechos de todo tipo, porque cada vez sabía de una manera diferente, pero aunque cambiase el sabor seguía siendo asqueroso.

Cuando se sentó en la mesa se acordó de aquella sabrosa hamburguesa, jamás volvería a probar semejante delicia.

El día de hoy el comedor estaba más tranquilo, ¿y cómo no? después de la repentina explosión de rabia del chico rubio muchos preferían ir a comer fuera. Mientras pensaba en todo esto Izuku se percató de que hacía tiempo que no veía a Todoroki, normalmente suelen comer juntos y además Todoroki no solía dejar a Izuku solo  para que los abusones no se metieran con él. A la vez que todo esto pasaba por su cabeza se percató de otra cosa importante, hacía tiempo que no recibía abusos ni mensajes con citas en el baño al terminar las clases. Para asegurarse de esto último sacó su móvil y revisó su bandeja de entrada, efectivamente no había nada nuevo desde el mensaje del día en el que recibió una paliza por negarse a complacer a sus abusones. “¿Qué está pasando? Por primera vez desde que salió del hospital se preocupó por alguien más que no fuese él. Rápidamente se tragó su comida y salió en busca de su compañero. Comenzó por preguntar a las pocas personas con las  que se relacionaba que casualmente eran las mismas con las que lo hacía él.

Lida: Lo siento Midoriya no me he fijado en él como normalmente suele asistir a clase y saca buenas notas no le suelo prestar mucha atención.

Uraraka: Pues yo sí te voy a decir algo, últimamente esta raro.

Midoriya: ¿A qué te refieres Uraraka-san?

Uraraka: Pues verás esta como muy tristón y a veces aparece con vendas y tiritas. Cuando le preguntaba que si estaba bien me respondía que no le pasaba nada con una gélida mirada, hasta daba miedo.

Midoriya: ¿Y sabes a dónde va en los descansos?

Uraraka: Pues no, a veces le veo deambular por los pasillos o me lo encuentro en la enfermería.

Midoriya: ¿En la enfermería?

Uraraka: ¡Sí! La doctora al cargo es una abuelita muy encantadora, que a veces me invita a té y me cuenta historias muy interesantes.- decía algo alicaída.

Midoriya: ja ja no creo que vaya a la enfermería para lo mismo que tu.

Uraraka: Puede ser.- forzó una pequeña sonrisa.

Midoriya: Muchas gracias Uraraka- san, Lida-kun.

Lida: No me agradezcas, al final no fui de ayuda.

Uraraka: De nada Deku-kun, me alegra que le busques y te preocupes por él eso significa que estás mejorando y volviendo a la normalidad.

Lida: Si yo también me alegro, después de lo que dijiste la otra vez en la clase de manualidades me asusté un poco, como si no fuésemos a vernos nunca más.

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