「Error」

「Dulce amargo」 Pt.1

Cada día, desde el momento en que nació, su madre había demostrado gran afecto por él. Su padre, quien lo visitaba constantemente, le llevaba presentes en cada oportunidad. Siempre mostrándose como un hombre amable y halagador, además de atento y respetable.

Mo Xuanyu tenía todo lo que cualquier niño querría para ser feliz; una madre amorosa que lo daba todo por él, y un padre consentidor que cada cierto tiempo lo visitaba. Con tan sólo eso, él se sentía el niño más dichoso del mundo.

El resto de su familia, por su parte, se mostraba inconforme con la situación. Especialmente su tía, quien intentaba contener la envidia que recorría todo su ser.

Siendo la primer hija y la heredera de su padre, ¿por qué la menor e hija bastarda tendría una mejor suerte? Sin importar cuánto se disgustara, nunca cambiaría nada con tan sólo pensamientos. El joven cultivador siempre iría y visitaría a su hermana, vistiéndola con brillos y haciéndola feliz, mientras ella simplemente observaba.

Pero pronto la situación cambió, cuando poco antes del octavo cumpleaños del pequeño Mo Xuanyu, su padre misteriosamente dejó de visitarlos. Del mismo modo, sus presentes dejaron de llegar.

Mo Xuanyu siempre había sentido curiosidad sobre su padre y qué hacía cada que los dejaba por largos períodos de tiempo, pero de alguna manera su madre siempre lograba calmarla. Ésta vez, en cambio, no había manera de hacerlo. Con asombro e inocencia, Mo Xuanyu preguntó.

—Mamá, ¿por qué papá no ha regresado? ¿Se olvidó de nosotros?

Su madre, que ya sabía perfectamente que habían sido dejados de lado, negó y, con una sonrisa en su rostro, acarició la cabeza de su pequeño hijo.

—No, A-yu, papá te quiere mucho. Es sólo que tiene cosas importantes que hacer. Tiene una secta que proteger y una familia que cuidar.

—Exacto, tiene una familia que le importa y que no estará dispuesta a dejar por ustedes.— Mencionó su hermana mayor, madame Mo, entrometiéndose en la conversación.

—Hermana ....

—¿Qué? Es la verdad, ustedes no son más que su pasatiempo.

La cara de la doncella menor cambió, mirando a su hijo con una expresión de preocupación, sin embargo, Mo Xuanyu no parecía haber sido afectado por su comentario en lo más mínimo. Con una sonrisa brillante, se aferró al brazo de su madre y corrigió.

—¡Papá no se olvidaría de nosotros, también somos su familia!

Su optimismo alivió el corazón de su madre, quien intentó alimentar su ilusión e inocencia, pero el tiempo seguía pasando y las cosas seguían sin cambiar. Parecía que aquel hombre de palabras dulces y promesas hermosas los había olvidado por completo.

Con el tiempo, Madame Mo dejó de darle importancia al tema, haciendo cada vez menos comentarios ofensivos. Mo Xuanyu ya no hablaba al respecto, mostrando timidez y vergüenza cada que alguien le recordaba a su padre. Pero la doncella menor posaba toda su fe en que algún día Mo Xuanyu recibiera todo el afecto que perdió, que el líder de la secta Jin no se olvidara de su hijo.

No fue sino hasta su catorceavo cumpleaños cuando el deseo de su madre fue escuchado.

El sonido de cascos golpeando el suelo invadió la villa. Eran finos caballos montados por algunos hombres con uniformes, presumiendo con orgullo su emblema. Las personas quedaron asombradas al ver cómo sus pasos se dirigían hacia el hall principal de la familia Mo. Al verlos, la doncella más joven sonrió, pero la expresión de madame Mo era más bien anonadada.

La sorpresa no terminaba allí, pues el padre de Mo Xuanyu había llamado específicamente por él para hacerlo discípulo en su secta y tomarlo bajo su custodia. Tal vez no había cumplido las expectativas de ninguna otra mujer, pero para la doncella menor, las puertas al cielo habían sido abiertas.