「Error」

「Calidez」 Pt.1

Los chicos se habían quedado sin la menor posibilidad de opinar al respecto. Con su HanGuang-jun proponiendo a un extraño para acompañarlos y el extraño accediendo, no tuvieron más opción que seguirlos.

Yue Guang los llevó a su casa después de haber comprado algo para el camino. Al igual que Mo Xuanyu la primera vez que siguió a Yue Guang, los chicos se inquietaron al ver como se adentraban cada vez más en el bosque, pero la inmutable expresión de Lan Wangji los reconfortaba de algún modo.

Cuando los árboles comenzaron a hacerse menos y una cabaña saltó a la vista, Lan Jingyi suspiró de alivio, en cambio Lan SiZhui le sonrío.

La pequeña casa parecía más amplia la primera vez que Mo Xuanyu estuvo en ella, pero ahora que había cinco personas, se veía incluso más pequeña.

Yue Guang y Mo Xuanyu, familiarizados con el lugar, entraron sin problema, Lan Wangji les siguió el paso acompañado de SiZhui, sin embargo Lan Jingyi parecía más atento al lugar.

—¿Por qué vinimos aquí?— Cuestionó.

—Si nos vamos a ir, quiero pasar a dar mi último adiós.— Murmuró Yue Guang.

Esa había sido su casa por más de diez años, había vivido tanto buenos como malos momentos desde su llegada, tenía recuerdos que no podía dejar atrás, pero sabía que no podría llevarse cada uno de ellos, así que tan sólo recogió algunas de sus pertenencias más superficiales e insignificantes.

Con algunas provisiones y el resto de su dinero, finalmente se despidió de su hogar, agradeciendo internamente la amabilidad de los que dejó atrás.

“Señora Yue, señor Yue, es hora de irme.” Mencionó desde el fondo de su corazón para así poder partir con ellos.

Durante el camino, los jóvenes discípulos conversaban entre ellos y Mo Xuanyu cuidaba de Manzanita, cada uno centrado en lo suyo, al final dejando solos a Yue Guang y Lan Wangji.  Éste último era demasiado callado para alguien como Yue Guang, quien no podía evitar hablarle cada par de metros.

—Aún no me dice a dónde es que vamos a ir.

—Al clouds recess.— Respondió Lan Wangji.

—Ya veo..— Suspiró. —¿Dónde es eso?— Volvió a preguntar Yue Guang.

—Gusu Lan.— Nuevamente respondió Lan Wangji.

—Está bien...

Después de muchos intentos, Yue Guang se rindió. Parecía imposible captar la atención del jade y peor aún, iniciar una conversación. En ese momento, Lan Wangji se dignó a dirigirle la mirada. Los cabellos de Yue Guang estaban sujetos en una coleta alta y se mecían ligeramente con el aire, algunos mechones rebeldes escapaban por el frente y brincaban a cada par de pasos. Su altura seguía igual, pero su cuerpo era más robusto y fuerte, sus rasgos era más maduros, con un ligero aire infantil, lo que le hacía verse más joven. Su presencia, su apariencia, su perfil, todo era exactamente cómo él lo recordaba.

Si tan sólo pudiera escucharlo una vez más, juraría que nada había sucedido.

Fue entonces cuando aquellos ojos que veían al frente se encontraron con los suyos, haciendo que Lan Wangji volviera la mirada al camino y pareciera ignorarlo una vez más.

—Lan Zhan.— Llamó Yue Guang.

Lan Wangji se quedó estático y le dirigió la mirada con una expresión de sorpresa, sólo para ver cómo Yue Guang le dedicaba una amplia sonrisa.

—No ponga una expresión tan aterradora, maestro Lan. Los discípulos me dijeron su nombre, sólo quería molestarlo un poco.

Las cejas de Lan Wangji se fruncieron, casi expresando decepción. Yue Guang aún lo miraba, esa no parecía la mirada de alguien que se había molestado por ser llamado con su nombre de nacimiento, reflejaba más irritación de lo esperado. Ésta vez no se quedaría con la duda.