PRÓLOGO

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Deslizó las manos por su espalda, delineando su silueta con las yemas de los dedos por esa piel aterciopelada que lo tenía totalmente cautivado.

- Ad-rien...- gimió la azabache, moviéndose encima del varón en un delirante mecimiento-. ... Dame... Más...

El rubio se cernió a su cintura, impulsando la pelvis hacia arriba para penetrarla plenamente y regocijarse de esos gemidos que eran como un canto celestial para sus oídos.

- ¿Quieres más?- ella asintió, mordiéndose el labio inferior mientras su cuerpo se movía al son que él le marcaba-. Entonces...- la atrajo por el cuello, empapándose de su aliento al restar a escasos centímetros de su rostro-. ... Disfrútame, preciosa...- besó sus labios de un arrebato, incrementando el ritmo de sus embestidas.

- Dios... S-sí...- exclamó jadeante, conduciendo las manos de su amante hasta sus senos para que los amasara.

- ¿Te gusta así?- inquirió sin ralentizar sus incursiones, culminando en lo más profundo de su cavidad-. ¿Te gusta cómo se siente mi polla?

Una sonrisa traviesa curvó sus carmesíes, reflejando con esa expresión traviesa que tanto adoraba, cuan estaba disfrutando de esa fusión de sus sexos.

- Me encanta.- se regocijó, contoneando la cintura de una manera que lo hacía enloquecer-. La tienes tan grande...- echó la cabeza hacia atrás, relamiéndose.

- Grande...- susurró con voz ronca, luego robándole un beso enardecido a la vez que la hacía girar de espaldas sobre el colchón-. ... Y toda para ti...

Sus cuerpos producían una pervertida melodía al chocar entre sí, moviéndose cada vez más deprisa en ese torbellino de emociones que los envolvía y que quemaba sus entrañas.

- Ammm... ¿Sola para mí?- preguntó con un adorable puchero, rasgando la piel de su espalda con las uñas.

- ¿Lo pones en duda?- tentó con estocadas más rudas y desesperadas-. Siente lo dura que me la pones...- apoyó su frente en la de ella, notando su respiración acelerarse-. ... Solo tú me la pones así.

La fémina cruzó las piernas alrededor de su cintura, provocando una penetración de lo más placentera que los recorría de pies a cabeza.

- Eso suena...- suspiró en éxtasis, lamiendo su quijada-. ... Delicioso.

El varón adquirió un semblante más sombrío y perverso, sujetando las muñecas de la joven por encima de su cabeza para así obtener una mejor panorámica de sus pechos; los cuales se mecían libremente en aquel arduo traqueteo.

- ¿Sabes qué más es delicioso?- ella negó con la cabeza, mordiéndose la lengua para acallar los gemidos que amenazaban en proliferar despavoridos de su boca-. Llenarte con toda... Mi leche...

Aquella provocación dotó de un brillo especial esos zafiros que la chica poseía como a ojos, instándolo a mantener la cadencia de sus ávidas penetraciones.

- ¿Vas a correrte en mi coño?- indagó en un tono incitador, jadeando por lo bajo, por esos actos de pasión irrefrenable.

Él la contempló con embeleso, siendo víctima de ese fuego que solo ella lograba avivar con tanta facilidad y descontrol. Admirando esos preciosos océanos en los que no dudaría ni medio segundo en dejarse sumergir de ser necesario.

- Es lo que más... Deseo...

La universitaria acarició el mentón del ojiverde con uno de sus dedos, humedeciendo sinuosamente sus labios mientras el blondo se entregaba devotamente a esa senda de lujuria y pecado, de la cual ella era la principal juez y verdugo.

||+18|| ADRINETTE                                           × SHE'S NOT MINE ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora