22. NO MORE HIDDING

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No sabía durante cuánto tiempo estuvo corriendo. Solo atinando en donde estaba, al llegar a la puerta de su casa e irrumpir velozmente en el recibidor.

Se sentía ridícula por su repentina marcha, sobre todo, cuando Adrien y aquella chica la habían descubierto en esa faceta vulnerable y pavorosa de sí misma.

« Debí haberme quedado con Félix... »

Se dispuso a cruzar el pasillo y así ir a refugiarse a su habitación. No obstante, antes de que pudiera dar un solo paso, unos insistentes golpes en la puerta de entrada la alarmaron y frenaron en seco.

- ¡Marinette!

Ella abrió los ojos en sobre mesura al reconocer esa voz.

- Marinette, por favor, ¡abre la puerta!

La muchacha retrocedió y extendió una mano hacia el pomo. Aún y así, no llegó a abrir que aguardó desconfiada.

- ¿Por qué debería hacerlo?- preguntó en un tono titubeante.

Hubo unos instantes en que el silencio fue el protagonista. Dejando que el suspenso se adueñara de la situación en esa cargada atmósfera.

- No tienes por qué.- murmuró el zagal-. Pero... A mí me gustaría que lo hicieras, y... Hablásemos.

La azabache meditó para sus adentros. Aún con las dudas confundiéndola, al decidir abrir la puerta y así encontrarse directamente con las esmeraldas de Adrien. Acto seguido, ella bajó la cabeza en una postura compungida y ojeó con discreción al zagal.

- Que sea rápido.

El adolescente torció sus labios en una sonrisa ladina.

- ¿Enserio?- inquirió incrédulo-. Eres tú quién viene detrás de mí para luego salir corriendo despavorida, y ahora que soy yo quien acude a ti en busca de explicaciones, ¿quieres que sea rápido?

- Y-yo no salí corriendo despavorida...- mintió recelosa.

- Ah, ¿no?

Adrien la estudió detenidamente y avanzó un paso hacia adelante, provocando que la joven retrocediera pavorosa, y como a consecuencia él pudiera adentrarse en su hogar.

- O-oye, ¿qué estás haciendo?- preguntó al verse sin escapatoria.

- No querrás que hablemos en la puerta como si fuera el cartero, ¿verdad?- ella se mordió el labio inferior y apartó la vista a un lado-. Vamos, Mari...- redujo la distancia entre ambos, extendiendo una mano hacia su barbilla para así alzarla y hacer que lo mirara-. ¿Por qué viniste detrás de mí?

- E-eso no es así...- alegó en un tono titubeante, notando sus mejillas llamear-. Yo... Estaba regresando a casa, y... Bu-bueno...- se cruzó de brazos en una pose vanidosa-. Cuando te vi a ti con esa chica, no quise molestar, y... Por eso me fui. Nada más.

Aquello hizo al rubio sonreír con veracidad.

- Así pues... ¿Me estás diciendo que echaste a correr por celos?

- ¿Qu-qué?- musitó sonrojada a más no poder. Enseguida instándose a aparentar indiferencia con una risa escéptica-. ¡Cl-claro que no! Por dios, ¿a qué viene esa suposición tan estúpida?- suspiró profundamente-. Jamás estaría celosa por ti...

« Suerte que no te puede crecer la nariz como a Pinocho, porque de ser así, ibas lista... »

- ¿De veras?- intervino jocoso y ella lo miró por el rabillo del ojo-. Vaya, en ese caso, si ahora fuera a buscarla y la invitara a una copa... ¿Estaría bien?

||+18|| ADRINETTE                                           × SHE'S NOT MINE ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora