4. SEXY

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Era jueves. Quedaban dos días para el cumpleaños de Félix, y Marinette había decidido ir a comprar con su mejor amiga al centro comercial. Quería escoger un conjunto con el que sorprender a su chico, y pensó que nadie mejor que Alya podía asesorarla al respecto.

En cuanto llegaron a los grandes almacenes, recorrieron los pasillos y varias tiendas, buscando algo que captara la atención de la azabache y que considerara idóneo para la ocasión. No obstante, todo se le hacía cotidiano y poco exuberante.

- ¿Y por qué no te pones el conjunto de ratoncita que te regaló?- preguntó la morena, subiendo las escaleras mecánicas-. Si sabes que le gusta...

- Odio ese conjunto.- admitió con una mueca disconforme-. Es más ridículo que sexy.- alegó con pesar-. Además, no lo sorprendería.

- A estas alturas, poco puedes hacer para sorprenderlo.- comentó, soltando una risita-. Sobre todo, cuando uno y otro os debéis haber follado a medio París.

- ¿Estás insinuando algo, amiga mía?- inquirió la ojizarca con un ligero retintín.

- Nada.- se encogió de hombros, andando hasta un local repleto de conjuntos de lencería-. Es solo que, dada como es vuestra relación, pocas cosas os pueden sorprender.

La euroasiática revoleó los ojos, pasándose los dedos por la cabellera en un gesto cansado.

- ¿De nuevo volverás a decirme que estoy loca?

- Yo nunca he dicho eso.- recriminó la de lentes-. Solo digo que esta situación tuya con Félix es un poco... Rara.- se cruzó de brazos, ojeando una de las prendas que se encontraba plegada en un estante-. La verdad, no sé cómo podéis estar con otras personas sin que sintáis celos.

- Eso es porque nos tenemos confianza.- defendió la de iris azul cielo, suspirando.

- La confianza no hace que uno sienta o deje de sentir celos.

La Cheng le dedicó una mirada condenatoria a su compañera, quien en el acto guardó silencio y continuó examinando las piezas de ropa interior que había.

En parte, entendía el punto de vista de Alya; era el punto de vista tradicional en que una pareja debía componerse únicamente por dos personas y, por lo tanto, cualquier aspecto que fuera diferente, quedaba totalmente descartado y carecía de comprensión.

Así lo veía parte del mundo. Incluso ella compartió esa misma visión desde hacía años y durante su adolescencia, pero tras conocer a Félix, todo cuanto había creído cambió; aceptando la diversidad, en algo que para la mayoría tenía que ser exclusivo.

- Hey, ¿qué te parece éste?- preguntó la aspirante a periodista, haciendo que su amiga la mirara con desagrado al ver el picardías rosa que le mostraba.

- Muy pasteloso.- murmuró con apatía, discerniendo otros conjuntos de las perchas.

La joven Césaire la ojeó incrédula, sonriendo con sorna.

- Tal vez debimos ir al sex shop de la última planta y conseguirte un conjunto de dominatrix...

- A Félix no le gusta el bondage.- respondió mecánicamente.

La morena quedó boquiabierta por esa revelación de la chica, emitiendo una risotada.

- Eso sí que no me lo creo.- se carcajeó.

- Pues créetelo.- masculló sin querer dar hincapié en el tema-. La única vez que traté azotarlo con el látigo, casi me echa de la habitación.

- No me fastidies...

- Es la verdad.- confirmó en un tono suave, luego soltando las prendas que revisaba con hastío para encarar a su contraria-. Oye, vayamos a otro sitio.- avanzó hacia la muchacha-. Aquí no hay nada que valga la pena.

||+18|| ADRINETTE                                           × SHE'S NOT MINE ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora