5. TEMPT ME

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Al día siguiente, los nervios se hicieron más persistentes en el menor de los Agreste. Solo quedaba un día para el momento de la verdad; el momento en que su más anhelada fantasía se convertiría en realidad, o la posibilidad de que todo terminara siendo una terrible pesadilla.

Al salir de clase, marchó directamente a casa, lamentándose al irrumpir en el recibidor y encontrarse de cara con su hermano.

- Félix, ¿qué es lo...?

- Al fin llegas.- lo interrumpió, rodeándolo del cuello-. Tenemos que concretar lo de mañana.

- ¿Concretar?- titubeó con las cejas enarcadas, no llegando a ajustar la puerta del todo.

- Claro.- afirmó con total parsimonia-. ¿O es que acaso te has olvidado de que tienes que follar con mi novia?

« Créeme que ni queriendo podría olvidarme de ello... »

- Esto... No, claro que no.- respondió con una corta risita-. Y... Bueno... ¿Qué era lo que querías concretar exactamente?

El mayor colocó una mano sobre su hombro y lo condujo hacia la sala de estar.

- Pues, bueno... Como ya te dije, la intención es que ella no sepa que está contigo hasta el final.- alegó en un tono calmado-. Lo que significa, que cualquier tipo de interacción entre vosotros queda descartado.

- ¿Te refieres a que tengo que estar callado en todo momento?

- Así es.- confirmó con displicencia-. Mientras os estéis liando, yo seré el único que podré hablar.- sonrió ladinamente-. Bueno... Yo y ella; pero tu identidad debe permanecer en el anonimato hasta el final.

« Ya no recordaba que él iba a estar presente... »

- Y... ¿No sería mejor si ella supiera con quien se está acostando?- preguntó dubitativo.

- Si lo supiera no sería tan excitante.- indicó su contrario con travesura-. Yo me encargaré de vendarle los ojos, y cuando todo termine... ¡Tachán!

Adrien restó pensativo, apartando la vista a un lado al andar hasta la sala de estar y echarse en el sofá con pesadez.

- Vale, entonces...- cruzó los brazos tras la nuca-. ... No puedo hablarle, ella no puede verme y... ¿Algo más?

- Solo una cosa.- intervino el mayor, caminando hacia él con las manos en los bolsillos del pantalón-. No puedes darle ningún beso.- el adolescente lo ojeó con una mueca irresoluta-. Es decir, sí que puedes besar su cuerpo, pero sus labios son solo para mí.

« Esa maldita norma... »

El ojiverde se mordió internamente la mejilla y cerró los ojos en un gesto cansado.

- Hecho.

- Genial, pues...

El sonido de su móvil lo distrajo, localizándolo en su bolsillo y sacándolo para luego sonreír con travesura al ver de quién se trataba.

- ¿Fel?- el aludido alzó la mirada y pestañeó fuera de sí.

- Perdona, pero tengo una llamada que atender, y... Aprovecharé también en darme una ducha.- anunció a la vez que se desperezaba y dirigía al corredor.

- Entonces, ¿no hay nada más que tengas que decirme?

- ¿Qué?- cuestionó desorientado, acomodando el auricular en su oreja-. No, ya está todo, hermanito.

El adolescente no contestó, viendo al mayor marcharse con prisa mientras conversaba con su interlocutor. Por otro lado, el adolescente localizó su móvil en el compartimento trasero de su pantalón, y se colocó los auriculares con música en los oídos. Tratando así descansar y evadirse del mundo.

||+18|| ADRINETTE                                           × SHE'S NOT MINE ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora