Somebody To Love. ~Maylor~

Somebody To Love. - 6

Se Había partido la Cabeza estudiando para ese examen, y al parecer, había valido la pena.

Roger iba por todo el campus exponiendo su calificación perfecta. Siempre había sabido nivelar la escuela y las fiestas. Eso era algo bueno en él.

Revisó la hora en su reloj, faltaban 15 Minutos para las 4, así que decidió no perder tiempo. Se montó en su auto y se dirigió a Recoger a Brian.

Realmente no Iba a tardarse mucho en llegar; La facultad de Brian estaba cruzando el campus, pero prefería no regresar por el auto. Encendió la radio  y para su suerte, sonaba The Who, su Banda favorita.

— “Can you feel it in the shadows?
Can you feel it in the shadows?
Watching you, touching you...” — Cantaba Roger mientras golpeaba el volante con los dedos.

Cuando estuvo frente al edificio, apagó el auto y se colocó sus gafas; El doctor había dicho que nada de luz directa, así que en efecto, prefería cuidar su vista.

Pasaron varios minutos y salieron varios estudiantes antes de poder verlo salir a él, con su mochila en los hombros y vestido completamente de negro, con sus lindos rizos cayendo sobre sus hombros. Le sonrió cuando lo encontró y bajó más a prisa las escaleras.

— ¿Qué Tal tu examen? — Roger Le Mostró la Hoja con la calificación; 8.76. — Vaya... Felicidades. — Dijo Sonriendole.

— ¿Estás Listo? — Brian Asintió. — Bien, Sube. — Brian obedeció y subió al auto, Roger lo puso en marcha y salieron del campus hacia quien sabe dónde.

— ¿A dónde vamos?

— Es Una Sorpresa. Tranquilo, no Te voy a secuestrar.

Eso Hizo reír a Brian. Por primera vez, Roger había visto la linda sonrisa que tenía.

Siguió conduciendo un par de minutos, hasta llegar a un lugar un poco lejos de la ciudad. — Cierra Los Ojos. Abrelos cuando yo te diga. No hagas trampa. — Brian asintió y cerró los ojos mientras Roger seguía entrando a ese lugar. Pasaron una gran Reja hasta llegar a algo que parecía un edificio, Roger Bajó del auto y ayudo a Brian a bajar. Subieron unas cuantas escaleras y escuchó a Roger susurrar algo.

— Abrelos, Brian.

El rizado quitó las manos de sus ojos, para poder encontrarse con la gran maravilla que tenía frente a sus ojos. Nunca había visto un lugar igual.

— Puedes llevarte los que quieras. Yo me encargaré de devolverlos después. — Brian le sonrió, pero Permanecía inmóvil en su lugar. — Anda, Ve a buscar los que te gusten. — Dijo Roger palmeando la espalda de Brian, quien se introdujo en lo más profundo de la biblioteca.