Somebody To Love. ~Maylor~

Somebody To Love. - 20

— ¡Brian, Cariño! ¿Podrías contestar el teléfono? — Gritó Roger desde el baño. El agua apenas había comenzado a correr por su cuerpo.

Brian corrió hacia la mesita donde estaba el teléfono y Respondió. — ¿Hola?

— ¡Roger! Cariño, ¿Nos veremos hoy, cierto?

Brian se paralizó, pero decidió responder después de unos minutos. — Habla Brian, Le diré a Roger que le llamaste.

— ¡Oh, lo siento! Te agradecería que lo hicieras. Soy Molly Stone.

— Claro. Hasta luego, Molly. — Brian Colgó el teléfono y se recargó en la pared. Pasó su mano por su cabello en señal de frustración y caminó hacia la habitación. Se dejó caer en la cama mientras las lágrimas caían por sus mejillas.

— ¿Quién llamó, Cari... ¿Qué te sucede, Bri?

— Nada. Vete con Molly, te está esperando. —  Dijo Brian levantándose de la cama y saliendo de la habitación. Roger se quedó pasmado, había olvidado por completo cancelarle la cita a Molly. Se Vistió rápidamente y salió de la habitación apenas atandose las agujetas de los tenis. Brian estaba Recargado sobre la Isleta de la cocina, viendo hacia adentro. Se acercó sigilosamente y lo abrazó por la espalda.

— Perdóname... Entre Molly y yo no Hay Nada...

Brian sorbió la nariz y se limpió las mejillas para después separar de él los brazos de Roger. — Debí suponer que todo pasaría así...

— ¿A qué te refieres con eso?

— Vamos... — Se rió Brian. — Eres Roger Taylor. Siempre tendrás mujeres cerca de ti.

— Eso no me interesa, Brian. Yo te quiero a ti, no a ellas... — Dijo el rubio acariciando la mejilla de su novio. — No me hagas esto, Brian... — Pidió con la voz entre cortada. Sus ojos comenzaban a llenarse de agua, al igual que los de Brian, y su vista se nublaba cada vez más.

— ¿Es bonita? — Por fin Habló Brian.

— Eso no importa, Brian... Entre ella y yo no hubo ni habrá nada... Por favor, Brian... — Dejó su orgullo de lado y dejó que las lágrimas de desbordaran de sus ojos. Sabía que su llanto no iba a ayudarlo, pero decidió no contenerlo.

Brian seguía sin decir nada, solamente desviaba su mirada de los ojos de Roger, veía a cualquier lugar, el piso, el techo, a la pared, pero menos a aquellos ojos azules que lo tentaban a dejar aquella mentira de lado. Sabía que sí lo miraba, dejaría toda su fuerza de lado y terminaría aceptando las disculpas.