I Like Me Better || Jeno NCT

Capítulo 20. Encerrados (2°parte)

(Leer nota final♡♡♡)

Pasó una hora, y mientras Jeno jugaba a algo en mi ordenador, yo buscaba una forma de salir de allí, aunque fuese en vano.

-¿Puedes dejar de dar vueltas por la habitación? Me estás poniendo nervioso.

Lo miré desafiante y él dejo el ordenador a un lado.

-No puedo estar quieta, esto me agobia.

-Pues haz algo.

Volvió a coger el ordenador, y cansada, me acerqué para cerrarselo y que me echará cuenta.

-Al menos se buena compañía y deja de jugar.

Rodó los ojos y se sentó para dejarme sitio.

-Vale... Te puedo contar un chiste si quieres, iba un perro y...

-¡No porfavor! Un chiste tuyo no.

Fingió ofenderse y me pegó con un cojín.

-No seas maleducada niña, no puedes tener una compañía más graciosa que yo.

Miré alrededor, y me puse a pensar, ya que estábamos encerrados podía aprovecharme de Jeno.

-Oye Jeno he pensado que ya que estamos los dos solos encerrados podrías...

-¡Chica cuida esos pensamientos! No debemos cometer actos impuros...

Quería ahogarlo con el cojín ahora mismo.

-¿Eres idiota? Me refería a que ya que estamos dos personas, podrías ayudarme a recoger el cuarto.

Parecía sopesarlo, y de repente sonrió.

-Casi que prefería lo otro...

Le golpee el brazo y el sólo se reía. Me levanté y le tendí la mano para que también se levantase.

-Venga ayúdame.

-No quiero, yo me quedo aquí estirado y tu recoges tu basura es un acuerdo lógico.

Dejé de insistir, y a regañadientes me metí en mi vestidor.
Ropa y miles de cajas se encontraban allí, era un completo desorden.

Después de un rato eterno, la penúltima caja era la siguiente, y como las demás, la abrí para ver que debía tirar.

Dentro de ella había otra caja, con el nombre de Jeno y el mío escrito en la tapa.

La cogí rápidamente y salí lo más rápido que pude para enseñarla a mi amigo.

-¡Jeno! ¡Jeno!

-¿Qué ha pasado? No, no déjame adivinar, ¿te ha tragado un chaquetón? ¿te ha atacado un zapato? ¿Has visto un...?

Cayó cuando vio la caja en mis manos, y deprisa nos sentamos en la cama con la caja entre los dos.

- No puede ser... Sigue viva, ya ni la recordaba.

-¿Recuerdas que hay dentro?

Pregunté y el asintió sonriendo.

-Escribíamos todos los días un secreto nuestro y lo metíamos aquí...

-Si, para que nadie los descubriese.

Jeno la abrió, y miles de papeles azules y lilas bien doblados aparecieron dentro.

-Teníamos 10 años, ¿no?

Asentí, y con cuidado de no abrir ninguno metí la mano.
Toque una pequeña caja, y la saqué.