I Like Me Better || Jeno NCT

Capítulo 25. Adios minions.

Después de que Yuta saliese del cuarto, decidí ir en busca de Jaehyun.

Realmente aún no tenía pensado que decirle, necesitaba despedirme de alguna u otra forma.

Entré a su cuarto, ya que la puerta estaba medio abierta, y en él se encontraban Johnny y él, ordenando su ropa.

Johnny fue el primero en verme.

-¡Anastasia! Que alegría que salgas de la cueva.

Dijo él mientras se acercaba, Jaehyun sólo me sonrió y siguió con la maleta.

-Te dejo que me llames así pero porque es tu último día aquí.

Johnny se acercó y me abrazó.

-Ha sido un placer pasar este verano aquí.

-Para mí ha sido un placer teneros aquí.

Deshizo el abrazo y se apartó.

-Voy abajo a buscar la maleta que le dejé a Taeil, ahora vuelvo.

Salió disparado y de un momento a otro ya estaba sola con él.

-¿Me vas a echar de menos?

Bromeó cuando terminó de cerrar la maleta.

-Claro que sí.

-Yo también te echaré de menos.

Se acercó, y se quedó parado en frente.

-Supongo que Yuta te habrá contado que hablamos.

De nuevo habló, yo lo observé y asentí.

-Entiendo perfectamente que estés asustada, siempre he sabido que eras demasiado pequeña y que no sería fácil.

-Jaehyun tu deberías fijarte en una chica mayor, que no tiemble cada vez que te ve y que sea madura.

Él rió y yo lo miré confundida.

-¿Crees que cuando crezcas podrás cumplir eso entonces?

No lo había pensado, pero estaba claro que no.

-Seguiré siendo inmadura, te lo aseguro.

-Quiero que sepas que lo entiendo perfectamente, y que si necesitas algo, tienes mi teléfono y solo tienes que llamarme. No quiero que nuestra amistad quede en el olvido.

Asentí, y saqué de mi bolsillo el collar que me regaló.

Jaehyun al verlo negó rápidamente.

-Es un regalo, no me lo des, es tuyo.

-Pero me sentiré mal aceptando esto después de todo.

Jaehyun se acercó, y agarró mis dos manos encerrando el collar dentro de ellas.

-No quiero que te olvides de mí, si lo tienes...

-Siempre estarás en mi cabeza.

Concluí yo, recordando el momento exacto cuando me lo dio.

Le abracé fuerte apoyando mi cabeza en su hombro, y él me agarró de la misma manera.

-Cuídate mucho.

-Tu también, quiero que la próxima vez que nos veamos te pueda llamar arquitecto.

El sonrió y asintió.

-Igualmente, quiero que cuando nos veamos la próxima vez pueda llamarte universitaria.

Iba a contestarle, pero se escuchó un gran golpe abajo, haciendo que los dos corriesemos a las escaleras.