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La última clase había acabado, todos los chicos recogían sus pertenencias, las guardaban en sus mochilas y salían del salón. Pero ahí estába Emilio, en un debate contra si mismo en sí debería ir a hablarle a Joaquín o no. Días atras habían quedado que ese día al terminar las clases irían a estudiar a la casa del menor.

¿Pero cómo tenía que llegar y preguntar si los planes seguían en pie? Tal vez solo debía llegar, pasar su mano por los hombros de Joaco y decirle que si estaba listo para ir a estudiar, llegar normal, casual como siempre.

Estaba a un punto de dar un paso para ir a hablarle pero recordó el "los ojos en la pizarra, no en su compañero Bondoni" ¡mierda!. Joaquín terminó de juntar sus cosas y salió del salón, pero Emilio no se iba a quedar ahí dentro. Lo seguío a paso lento por los pasillos, tal parecía que a Joaco se le había olvidado que ese día estudiarían.

Emilio dejó de caminar y se quedó parado viendo solo como se alejaba. ¿Y si no le quizo hablar por lo que pasó en el salón?. Joaquín despareció completamente de la visión del mas alto y este se recargo en la pared detras de el.

¿Cómo podría saber que paso? Saco de su mochila sus papelitos de notas y comenzo a escribir una:

"Hola algodoncito, ayer te ví salir muy de prisa de la escuela que no me dió tiempo de verte bien. ¿Todo bien? Estabas algo rojo".

–un curioso; E

La arrancó, se dirigió al casillero de joaco y la pego. Mañana Joaquín la vería, la contestaría y por fin sabría que es lo que había pasado. Salió del plantel y caminó al estacionamiento, subió a su carro y condujo hasta su casa. Quería sacar de su cabeza que Joaco se había olvidado de su cita estudiantil, quería pensar que tenía algún pendiente y por eso no dijo nada, quería pensar que no tenía planes mas importantes que él.

✏ NOTAS ; [ emiliaco ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora