Nerd (KimTaeHyung)

7

—Linda

Desperté de un salto, encontrándome con el rostro de la enfermera frente a mí. Me miraba algo asustada. Mi pecho subía y bajaba, además de que sentía el sudor corriendo por mi nuca.

—¿Estás bien? –la puerta se abrió y Taehyung apareció con la misma cara de susto que la enfermera

—¿Qué pasa? –preguntó él

—Nada –dije –fue solo una pesadilla –me senté a la orilla de la cama para recuperarme un poco

—¿Te sientes mejor ahora? –preguntó la enfermera

—Sí, ya me siento mejor

Taehyung se sentó del otro lado de la cama, y esperé a que me hiciera la misma pregunta, pero al parecer sí había escuchado lo que le contesté a ella.

—¿Qué pasa? –le pregunté

—Vine por ti, como me lo pediste

—¿Por mí?

—Las clases ya terminaron

—Demonios –cubrí mi rostro con mis manos –dormí todo el día

—No te preocupes, no vimos mucho hoy

—Es mejor que hayas descansado, deberías llegar a casa y seguir durmiendo para que mañana ya te sientas mucho mejor –dijo la enfermera

—Seguro –dije

La enfermera amablemente nos dejó a solas para que me tomara mi tiempo.

—¿Segura que estás bien?

—Sí –sonreí –ya no me duele la cabeza

—¿Qué fue lo que soñaste?

—¿Por qué lo preguntas?

—Cuando llegué, estabas gritando no

—¿En serio?

Aceptó con la cabeza.

—No lo sé, no lo recuerdo

—Está bien –suspiró –vámonos ya

Me levanté de la cama y me agaché a tomar mi mochila, pero él fue más rápido que yo y me la quitó colgándosela en el hombro.

—Puedo hacerlo yo –dije

—Yo te ayudo

No dije nada y simplemente dejé que la llevara. Nos despedimos de la enfermera y salimos al pasillo que nos llevaría al estacionamiento.

—Dame tus llaves –estiró la mano

—¿Sabes manejar?

—Sí

—¿En serio?

—Sí

—Está bien –suspiré y se las di

No estaba confiada en dejar que alguien más manejará mi auto, pero...

En todo el camino no dije nada, no me sentía con la energía suficiente para hablar o bromear como normalmente lo hacía, y creo que él entendió lo cansada que me sentía porque no insistió en que hablara y en su lugar puso un poco de música y simplemente se dedicó a tararear de vez en cuando los coros que se sabía.

Llegamos a casa y dejó el auto en la cochera, bajamos y como símbolo de mi agradecimiento de haberme traído a casa, lo dejaría pasar para invitarle un jugo de manzana o algo de comer. La comida siempre es la mejor paga.