Nerd (KimTaeHyung)

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Taehyung

Después de cambiarme de ropa y estar sentado en esta habitación, la curiosidad de saber qué estaba haciendo Lihana me ganó, así que salí de la habitación, la suya estaba a un lado.

La puerta estaba totalmente cerrada, las luces de toda la casa estaban apagadas incluyendo la de su habitación, lo podía notar por debajo de la puerta. Pegué mi oído a la madera para ver si escuchaba algo.

Estaba llorando.

No me sorprendí en lo absoluto, desde que dijo que quería regresar a casa porque estaba cansada supuse que era por algo malo que había ocurrido, lo que sí me sorprendió, fue la fuerza que tuvo al no llorar en cuanto llegamos.

Me senté en el suelo, con la espalda recargada en la puerta, no sé qué esperaba estando aquí, sentía que estando aquí le daba un poco de consuelo.

Escuché cómo su respiración se cortaba y daba bocanadas ahogadas. Sabía que le estaba dando un ataque de ansiedad y por más que quisiera entrar, no podía entrar o llamarla, aunque fuera un ataque, creo que es mejor que esté sola en este momento.

Lo único que pude hacer fue quedarme afuera hasta que no escuché nada más, regresé a la habitación.

Por la mañana mi teléfono comenzó a sonar con la alarma del despertador. Me levanté y me cambié de ropa después de haberme dado un baño y aunque hiciera un poco de ruido, cuando salí del baño, la puerta de su habitación seguía cerrada y eso era malo, porque si no salíamos ahora, llegaríamos tarde.

Terminé acercándome a la puerta y llamé dos veces, golpeando la puerta suavemente hasta que escuché cómo bajaba de la cama y caminaba a abrir.

—¿Qué pasa? –su cabello desordenado y su cara de recién despertada me hicieron arrepentirme de haberla despertado, seguramente anoche no fue fácil dormir y no quería despertarla

—Son... las 7:30

Nuestra primera clase era a las ocho. 

—¡¿Qué?! –sus ojos se abrieron –demonios –no cerró la puerta y simplemente salió corriendo a su cajón de ropa, abriéndolos frenéticamente y sacando la ropa que se pondría

—Si estas demasiado cansada, deberías quedarte a dormir

—Claro que no –sonrió –no puedo faltar, al parecer, antes de todo esto había faltado mucho y si vuelvo a faltar puede que repruebe

—Pero los profesores entenderán si les digo que te sentías mal

—No, está bien

Suspiré y sin perder tiempo, en lo que ella se cambiaba de ropa, bajé a la cocina y le preparé un desayuno rápido. Café en un termo para que lo pudiera llevar, un sándwich envuelto en una servilleta y en una bolsa de plástico. Yo me preparé lo mismo.

Terminé antes, así que salí para subir al auto hasta que ella salió corriendo y subió.

—Toma –le entregué la comida

—No tengo hambre

—Come o nos quedamos –quité las manos en el volante y ella solo me miró

—... Está bien –tomó el sándwich y lo comenzó a comer mientras daba pequeños sobres al café, solo de ese modo me pudo hacer conducir

—¿Pasa algo? –preguntó

—No ¿Por qué?

—Estas muy callado

No me gusta escucharte llorar.

—Es temprano, solo tengo sueño

No dijimos nada más en todo el camino hasta que llegamos a la Universidad. Salimos del auto literalmente corriendo a nuestros casilleros por nuestras cosas para después correr al salón. Llegamos 10 minutos tardes, pero el profesor no nos dijo nada.

Lihana

En el almuerzo nos encontramos en la cafetería para conseguir nuestra comida y después salimos al jardín para sentarnos en una mesa.

Todo iba bien, hasta que una chica morena con unas curvas impresionantes, en un vestido que solo resaltaba aún más esas curvas y una clásica sonrisa coqueta se nos acercó.

—Hola –lo saludó en un tono seductor

—Hola –le respondió él con una sonrisa

—¿Por qué no te hemos vista en las fiestas? No es lo mismo sin ti –sus ojos verdes me miraron -¿Acaso ya tienes novia?

—No, ella es mi amiga, Lihana

—Ah –sonrió –la chica de la memoria perdida –claramente su comentario me incomodo un poco

—¿Qué quieres? –preguntó él

—Solo eso, saber porque no has ido a las fiestas

—¿Fiestas?

Yo nunca hubiera ido a fiestas, no me gustan mucho que digamos. Es me puso a dudar de nuevo si éramos amigos, era un tema difícil. Taehyung se me había presentado como un chico popular que decía ser mi amigo.

Él me miró rápidamente antes de regresar a la chica.

—Simplemente he tenido muchas cosas qué hacer

—¿Cuidándola? –me miró con una sonrisa burlona en los labios

—Escucha, estamos hablando aquí

—No sé qué tema interesante puedes tratar con alguien que... no te recuerda –esta chica me estaba colmando la paciencia

—Vete, Emma –dijo Tae

—De acuerdo, sabes dónde encontrarnos si tus gustos mejoran

Fue suficiente.

Me levanté de la silla tan rápido que hasta yo me sorprendí, y sin que me diera cuenta de mi mano, está llegó hasta su mejilla haciéndola girar su cabeza por el golpe que le di.

—Podre no recordar nada, pero no me hace falta para darme cuenta lo zorra que eres al querer sentirte mejor que los demás y lo maldita que eres al burlarte de los problemas de los demás

Los pocos presentes habían dejado sus cosas para mirar la escena. La chica se llevó una mano a la mejilla roja, mientras me miraba con ojos de odio.

—Él solo regresó contigo por lastima –soltó

—Se llama amistad, un concepto que dudo mucho que una mierda de persona como tu conozca

De la nada, comenzó a dolerme la cabeza así que terminé mis cosas y me fui corriendo, dejando mi comida en la mesa y solo tomé mi mochila.

—¡Lihana! –escuché como Taehyung me llamaba

Aún con él detrás de mi llegué hasta el campo de futbol, detrás de las gradas.