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Parpadee un par de veces hasta que mi visión se aclaró completamente.

Me giré en la cama encontrándome con Lihana a mi lado. Seguía dormida boca abajo y con los brazos escondidos debajo de la almohada, su cabello estaba desordenado, pero en su rostro había una enorme paz, una paz por la que daría lo que fuera para que siempre fuera así.

Llevé uno de sus mechones detrás de su oreja, dejándome ver su rostro. Su espalda desnuda e indefensa frente a mi me invitó a deslizar mi dedo, sin tocarla para no despertarla, desde su nuca hasta su espalda baja, en esa curva que se formaba. Me incliné un poco hasta que mis labios la besaron en la piel de su hombro y aunque yo me divertía mirando y acariciando su piel, ella no despertó. Me recosté sobre mi almohada, mirándola. Sus labios, sus pestañas, sus mejillas... todo.

No pasó mucho tiempo cuando ella comenzó a despertar.

—Buenos días -dije

—Buenos días -respondió con esa voz ronca de recién despertada y aún sin poder abrir los ojos

Cuando despertó por completo, miró a su alrededor como si no reconociera en dónde se encontraba, se levantó un poco, pero al mirar que estaba desnuda, se cubrió con las cobijas.

—No hay necesidad -sonreí -no hay nada que no haya visto ya

—Calla -me golpeó en el pecho

Tomó la cobija y se envolvió en ella para ir al baño.

—No hay necesidad de que uses la cobija

—¡Cállate! -cerró la puerta del baño

Mientras ella se duchaba yo dormí un poco.

Después de que ella salió del baño, fue mi turno de darme uno mientras ella bajaba a la cocina.

—¿Tae?

Los dos estábamos en la cocina preparando el desayuno.

—¿M?

—Cuando estuve en el hospital, estuviste todo el tiempo conmigo ¿No?

—Sí

—De casualidad... viste... ¿Las cicatrices?

—Lo hice -no dejé de cortar la fruta y sentí como ella me miraba fijamente

—Yo... lo lamento -susurró

—¿Por qué?

—Por haber sido una mala amiga

—No fuiste una mala amiga

—Una persona que se hace daño a sí misma, que tienen que cuidarla para que no se haga daño, solo trae preocupaciones a su familia y...

—Oye -la tomé de los hombros

Había notado que Lihana tenía la costumbre de hablar demasiado rápido cuando pensaba de más y eso le ocasiona ataques de ansiedad-

—Deja de pensar en esas cosas, eres una buena persona -regresé a cortar la fruta -pero ¿Aún somos amigos?

—¿No?

—No -le di un beso fugas en la frente y me giré a la estufa a mirar los panqueques que ella había olvidado -eres mi novia ahora

Lihana

Después de desayunar, decidimos salir a caminar un poco, para visitar lugares juntos y aprovechar nuestra semana de vacaciones.

—Antes de ir al cine necesito pasar al trabajo de papá -dijo

—Está bien

Llegamos al hospital donde trabajaba el padre de Tae y los dos subimos por el ascensor hasta su piso.

—Que bueno que no tardaron -su padre ya nos estaba esperando

Este hombre era la viva imagen de Taehyung, solo que con unos años encima, pero no dejaba de ser apuesto.

—No sé dónde tengo la cabeza hoy -dijo apenado y tomando el maletín que su hijo le había traído

—No importa -sonrió Tae -la película empieza en una hora

—Vayan con cuidado

Estábamos despidiéndonos y a punto de irnos cuando un hombre al parecer de la misma edad que su padre se acercó a nosotros. Se dieron un abrazo ruidoso, golpeándose un par de veces las espaldas, como los hombres suelen hacer, ya saben.

—Hijo -llamó su padre -él es mi amigo, Lucan

—Un places -dijo Tae dándole la mano -ella es mi novia, Lihana

—Mucho gusto -saludé

—Tu hijo es una viva imagen de ti -dijo el hombre

Se los dije.

Todos empezaron a hablar y yo no encajaba en nada en esta conversación, así que mejor decidí esperar a Tae en el auto. Tiré un poco de su manga para conseguir su atención un momento.

—Te espero en el auto -susurré

—De acuerdo, prometo no tardarme demasiado

—Tarda lo que necesites, quiero llamar a mis padres

—Está bien

Me despedí del hombre y del padre de Taehyung antes de irme.

Las puertas del ascensor se abrieron en el estacionamiento. Caminé hasta el auto y me quedé frente a la puerta de copiloto mientras le escribía un mensaje a papá y cuando terminé, guardé mi teléfono en mi bolsillo y me di la vuelta para abrir la puerta.

—Hola, linda -escuché a mi derecha masculina

Un hombre extraño estaba parado a mi lado, mirándome con una sonrisa que me dieron escalofríos.

No le contesté y en cambió, mis ojos vieron rápidamente hasta el ascensor, pensando en qué pasaría si salía corriendo hasta él y qué probabilidades habría de que se abriera y cerrara a tiempo.

—¿Tienes miedo? -sonrió maliciosamente

Comenzó a acercarse a mí, haciéndome dar pasos hacia atrás. Su sonrisa me tenía con los pelos de punta. Llevaba una sudadera negra, con el gorro puesto y las manos en los bolsillos.

Mi espalda topo con la fría pared, pero mis pies seguían dando hacia atrás, como si eso fuera a funcionar y pudiera atravesar la pared.

El hombre no dejaba de caminar lentamente hacia mí, hasta que en un momento me brinco encima. Entré en pánico y en la desesperación de ingeniármelas para salir de aquí, pude escuchar un ckick de algo, su antebrazo presionaba mi cuello y en su otra mano tenía una navaja, la que había hecho ese sonido cuando él sacó la hoja. La acercó hasta presionarla suavemente en mi mejilla.

Él solo me sonreía y se veía cómo disfrutaba de mi miedo. Pero no me quedaría sin hacer nada y en mi intento de que la pared me tragara, mis pies resbalaron haciéndome caer de espaldas al suelo y terminé golpeándome la cabeza, que por un momento me causó la sensación de náuseas y mareo.

Su peso me presionaba el estómago, evitando que todo el aire entrará por completo. Mis manos sostenían con fuerza sus muñecas mientras él solo jugaba conmigo.

—¡Ayúdenme!

No sé de dónde demonios saqué el aire suficiente para gritar, pero puede hacerlo.

El hombre agitó su navaja hiriéndome el cuello y rápidamente volví a tomar su muñeca, pero en ese movimiento la navaja me hirió también en la palma de la mano. La verdad es que no sentía nada de dolor, la adrenalina me bloqueó el dolor por completo, solo sentía la sangre caliente recorriendo mi cuello y mi mano.

Gritaba, lloraba y pataleaba, con la esperanza de que alguien me escuchará y me ayudará.

Hasta que llegó. La presión en mi estomagó desapareció de golpe, pero por unos segundos permanecí en el suelo tratando de asimilar las cosas, hasta que pude incorporarme y entender lo que había pasado.

El tipo estaba en el suelo y encima de él, Taehyung. 

Nerd (KimTaeHyung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora