Nerd (KimTaeHyung)

18

Me tomó de la muñeca y me arrastró por toda la sala hasta el jardín donde había un pequeño pasillo donde podíamos tener un poco de privacidad.

—¿Qué pasa contigo? -preguntó

—¿Conmigo? ¿Qué pasa contigo?

—Estas actuando como una maldita aguafiestas

—Solo quiero que estés bien, y ya estas demasiado ebrio para manejar

—¿Ahora te preocupas eso? -sonrió -eso no te preocupo en la fiesta pasada

—Porque sé que no te emborrachaste de este modo en la fiesta pasada

—¿Cómo lo sabes?

—Porque no te gustaba el alcohol

Sé que no se emborracho porque cuando fuimos a pueblo Nona yo pedí una botella de vino blanco y él pidió jugo de durazno, le invité un poco de mi vino y lo terminó escupiendo, el chico odiaba el alcohol, pero al parecer ya no.

—¿O me equivoco? -cruce los brazos retadoramente

—No, pero eso no quiere decir que ahora puedas venir y llevarme a casa como si fueras mi madre

Me quedé callada respirando profundamente para no reventar en furia, pero él comenzó a reírse.

—¿Qué es tan gracioso?

—Ahora lo entiendo todo

—¿Entender qué?

—Estás celosa

—¿Celosa? -reí -¿De qué estoy celosa?

—De que ahora, yo soy el popular

—¿Estas escuchando lo que dices? Jamás fui popular

—Estas ce-lo-sa -se me acercó tanto que quedó a solo centímetros de mi rostro y con su dedo lo clavó en mi hombro -estás celosa de que ahora todos me miran a mí y no a ti

—¿En serio? -lo empujé un poco -gracias a mí, ahora todos te miran

Ambos éramos una bomba de tiempo, en cualquier momento cualquiera de los dos explotaríamos y no había nadie que nos pudiera detener.

—No te olvides, que eres el chico invisible ¿O ya lo olvidaste? Sin mí, seguirías siendo nadie

—Cállate -gruño entre dientes

—Yo te hice lo que eres ahora, Taehyung el invisible

—¡Que te calles!

Me empujo tan fuerte que el sentón que me di hizo que mi columna se reacomodara por completo.

Ambos estábamos en shock, sorprendidos por lo que había pasado y creo que con eso se le bajó un poco la borrachera.

—Lihana... lo... lo lamento

Me levanté del suelo sacudiéndome la tierra que se había quedado en mi ropa.

—N-No fue mi intención, no quise hacer eso

—Tranquilo, he tenido peores dolores que esto

—L-Lo lamento, es solo que tu...

—Yo te hice lo que eres, no tengo porqué reclamarte nada

—No, no me refiero a eso

—No importa, da lo mismo lo que tengas que decirme –suspiré –espero que llegues bien a casa

Le di una rápida sonrisa antes de darme la media vuelta y comenzar a caminar de regreso a la fiesta para empujar a las personas que se cruzaban en mi camino, mientras Taehyung me gritaba a mis espaldas.

—¡No quise hacer eso! –me gritó desde el marco de la puerta de entrada mientras yo ya estaba a la orilla de la banqueta

—¡Disfruta la fiesta!

—¡Lihana!

Subí a mi auto y me marché. Mientras conducía, las lágrimas me impedían ver bien el camino, así que tuve que detenerme un momento para poder calmarme.

No merecía creerme la víctima en todo esto cuando es simplemente mi karma al solo usarlo. Todo esto me lo merezco.

Una vez en casa, lo único que hice fue cambiarme de ropa y tirarme en la cama para poder dormir un poco. No quería hablar con él así que durante todo el fin de semana apagué mi teléfono y solo lo encendí hasta el domingo por la noche, que fue el momento en el que me di cuenta que Taehyung me había llamado 17 veces y me había mandado 34 mensajes con un lo siento, contesta, no mue mi intención y cosas como esas. No contesté ninguno y simplemente lo ignoré.

El lunes cuando llegué, planeaba ignorarlo como los otros días, pero fue dificl hacerlo cuando él se sentó a un lado de mí.

—¿Por qué no contestaste mis mensajes?

—Apagué el teléfono –no me atrevia a verlo a los ojos, no sé realmente la razón, pero simplemente no quería

—¿Viste mis mensajes por lo menos?

—Lo hice

—Lo lamento, en serio lo lamento, no estaba en mis cinco sentidos

—Lo sé

—¿Estas... muy enfadada?

Realmente no estaba enfadada, no estaba molesta con él ni conmigo, simplemente, estaba cansada, cansada de todo y de todos, pero no enfadada.

—No –lo miré por fin –no estoy enfadada

—Que bueno –sonrió ampliamente –te invito a comer, entonces

—¿A comer?

—Mi disculpa por lo que hice

—¿Cuándo? –sonreí

—Mañana al salir, a donde quieras

—Me gustaría comer comida china

—Tu favorita ¿Cierto?

—Sí

—Está bien, iremos a donde tu quiera, te espero mañana en el estacionamiento

—De acuerdo

Tal vez ese empujón y esa pelea sirvieron para que los dos regresáramos a la buena relación que solíamos tener, lo que, sin mentir, me tenía realmente feliz.