El dolor que sentia en su pecho era insoportable, veía como se le volvia a descuadrar su vida, porque la vida se empeñaba en ponerle tantos obstáculos en el camino, primero fue su injusticia que le llevo una buena temporada a Azkaban y ahora que habia encontrado a la mujer con la cual queria compartir el resto de sus días, resulta que… no tenia palabras para describir lo sucedido, como le hubiera gustado haberla protegido de ese Patan, que pena que no lo supo antes porque si hoy ya tenia ganas de matarlo de saberlo ya lo habria matado aunque con ello significara volver a Azkaban, su mente estaba bloqueada, su cabeza le decia que fuera a buscar a la maldita comadreja, pero su corazón le decia que fuera prudente, que no se dejara cegar por la rabia, quizas si lo mataba a golpes el encontrara la paz que necesitaba ahora mismo, pero sabia que condenaría a Hermione a la desgracia e infelicidad de por vida y el no queria que su castaña volviera a sufrir, eso no se lo perdonaría jamas. Se sentó en el césped mojado, sin darse cuenta habia aparecido en un lugar que desconocía pero que era hermoso, en frente de el habia un magnifico pantano negro, silencioso, aterrador pero al mismo tiempo bello, esa vista le transmitió tranquilidad y paz.
Narcissa llevo a Hermione levitando hasta la habitación de Draco, se dio cuenta que la habia subido la fiebre y que estaba tiritando, llamo a su elfina y entre las dos la cambiaron de ropa y la arroparon bien, Narcissa mando a preparar a la elfina una pocimas para Hermione, la chica deliraba y gritaba el nombre de Draco cada dos por tres e incluso lloraba, Narcissa estaba muy preocupada por ella por eso decidio no separarse de ella en ningun momento y asi paso toda la noche a su lado sin pegar ojo.
Cuando se noto que estaba tranquilo comenzo a pensar de que manera pude apartar ese mal nacido de sus vidas y hacerle pagar cada humillación y sufrimiento que habia provocado a Hermione, porque él aunque haya cambiado todavía sigue teniendo el orgullo de un Malfoy, y un Malfoy no se pisotea por nadie, pero primero antes de hacer nada necesitaba hablar con Harry le pediria que fuera su confidente, estoy seguro que Harry debe odiar a la comadreja igual que yo o mas.
Vio que ya aparecian los primeros destellos del sol, estaba amaneciendo, tenia que regresar con su castaña y dejarle bien claro que esto no iba a cambiar nada entre ellos, si no que mas bien va a reforzar esta relacion, se puso de pie y se juro a si mismo que dedicaria su vida a hacer feliz a Hermione y en destruir al Weasley, a ella la protegeria mas que nunca y le pedira que sea su esposa para que asi todo el mundo sepa que ella es su mujer, solo de el y que nadie se atreva a ni si quiera mirarla.
Aparecio en la mansion y llamo a su madre que aparecio en seguida con unas notables ojeras de no haber dormido en toda la noche.
- hijo al fin apareciste, donde has estado? -le pregunto Narcissa.
- Por mi no se preocupe madre, usted tiene cara de no haber dormido nada y Hermione como esta? -pregunto preocupado por las dos mujeres.
- Hermione le ha subido la fiebre pero ahora esta estable -dijo Narcissa al ver que la angustia asomaba en la cara de su hijo -ha pasado mala noche y yo me quedado velandola en compañía de Eli, la elfina.
- Voy a subir a verla -dijo Draco caminando ya hacia su habitación.
- Hijo intenta no despertarla y descansa tu tambien.
Draco entro sigilosamente a la habitación y ahí vio a su castaña que seguia durmiendo, en su cara se reflejaba que no habia pasado buena noche, estaba palida y desmejorada, ya no tenia ese tono sonrojado en las mejillas el cual le volvia loco. Se quedo un rato observandola luego se dirigio al baño y se dio una ducha, al verla en ese estado no pudo evitar que se encendiera la ira en él nuevamente, asi que se concentro en el agua que estaba recorriendo su cuerpo y visualizo el pantano para poner en armonia su mente y cuerpo.