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Siempre he sido muy mala para despertarme temprano, en verdad que aborrezco las alarmas y me estresa demasiado pues nunca es suficiente el dormir. Pero tenía que despertarme temprano, y eso es porque ya hoy me iba. Ya no quería estar aquí, ¿para que? No me queda ya nada porque quedarme.

Keira quiere quedarse al menos una semana más, dice que no se puede ir sin cumplir su propósito de David y no se que pero realmente yo ya no aguantaría una semana mas con Ben y mi hermana. Si sigo aquí, me encariñaré más con ella y no quiero eso, no quisiera porque se que la voy a querer más y me dolerá verla con el chico al que amo.

No puedo creerlo, lo he dicho, en verdad amo a Ben. Y es que no quería verlo pero es obvio que si vuelvo a ver al chico que me prometió amor eterno con un anillo rosa de un cereal, iba a caer muerta. Y en verdad creí que no sería así.

Y es que es como dicen, no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes y verlo feliz en los brazos de alguien más no fue la mejor experiencia.

Mi maleta ya esta lista y me baje de inmediato para desayunar e irme. Keira me iba a alcanzar en una semana y está bien, yo podré seguir con la revista allá en Canadá y también veré a Erick como antes. Quien por cierto, no he hablado con el. Se supone que el se iba también en estos días. Si, todo será mejor allá.

Cuando me meto a la cocina veo a Ben con una taza de café viendo la televisión, estaban pasando un partido y quise regresarme para ya irme mejor pero me ve.

- Beck.

- Ben.— le mostré una sonrisa falsa y tomé asiento en la barra.— ¿donde están todos?

- fueron por pastelillos para desayunar, dijeron que estaban a tres minutos.— bien, menos tiempo con el, más fácil para mi.— ¿porque la maleta?

- ya me voy.— de nuevo una sonrisa falsa pero el no sonrió.— a Canadá.

- ya llegamos.— se escucha en la entrada y nosotros tan solo nos quedamos viendo. Tan solo dos extrañas mirándose de extremo a extremo sin nada más que decirse.— hola amor, hola Rebecca.

- Bequita, ya despertaste.— llega Rami y me da un abrazo. Ese apodo es nuevo.— ¿porque la maleta?

- Ay no.— dice Joe acercándose a mi.

- Beck se regresa a Canadá.— Ben les informa a todos, y se quedan boca abiertos al saber la noticia menos Keira que pues ya lo sabía.

- ¿que? ¿Tu también te vas?— le pregunta Gwilym a Keira, ella niega con la cabeza.

- oigan en verdad que estos días aquí han sido Fabulosos, de lo mejor y me encanto conocerlos pero ya es hora de vuelva todo a como era antes.— cheque mi celular y me faltaban unas tres horas para que saliera mi vuelo.— y estoy muy agradecida por todo pero...

- ya no quieres estar aquí.— dice Joe molesto, lo podía notar.— pues, bueno, está bien. Lo entendemos.

- obviamente te extrañaremos demasiado— Rami me vuelve a abrazar.— ¿no es así Ben?

- yo te llevo al aeropuerto.— es lo único que dice, pues claro sigue medio tenso lo nuestro.— claro si no hay ni un problema.

- por mi esta bien.— dije en seco. Pero se que los chicos sabían todo lo que pasaba pues se volteaban a ver todo el tiempo.

- si, está bien, ustedes que son muy amigos para que pases tus últimos minutos con el.— se acerca Marley intentando sacarme una sonrisa pero pues no.— te extrañare mucho hermana, estos días fueron perfectos contigo.

- lo mismo digo Marley, fue bueno conocerte.— me puse de pie y le di un abrazo, estando de espaldas me veo con Ben quien de nuevo me miraba.— cuando lleguen mi mamá y tú papá pues les dices que me encanto la boda y la pase muy bien.

- espero volver a verte, linda.— ahora me volvía a abrazar con Rami.— me encanto conocerte.

- lo mismo digo, suerte con Lucy. Son todo un amor juntos.— y ahora me fui a donde estaba Gwilym y lo abracé.— eres genial Gwilym, sigue así. Espero vernos pronto.

- ven a visitarnos, como quiera nosotros si tenemos oportunidad, lo haremos.

- adios Joe, igual sigues siendo un gran mejor amigo.— me abraza fuerte, me pareció de lo más lindo, el que le importara y es que yo también me encariñe con el.— tienes que ir un día a Canadá.

- oh créeme, ahí me verás la próxima semana Bequita.— ríe.— suerte en tu vuelo.

- Bueno, te veo allá Keira.— y tomé mi maleta.— ya estoy.

- bien, vamos.— dice Ben listo para pedir un taxi.

- yo los acompaño, para que no pidan un taxi, mejor en mi carro vamos.— dice Rami.— obvio haría eso por ti Beck.

- bien, gracias.— le mostré una sonrisa y salimos de la casa.

...

El camino fue incómodo, ya que ni uno platicaba. Obvio había muchas cosas que decir pero era obvio que entre Ben y yo las cosas no estaban bien, no estábamos nada cómodos con como estaba nuestra situación y es por eso que es mejor el que esté en Canadá.

Quiero despedirme bien de él, mínimo darle un gran abrazo porque fuera de todo lo quiero como a nadie y sigue siendo mi mejor amigo. Aparte que algo que pienso mucho de la vida es que no deberías irte enojado. Nunca sabes cuando es la última vez que ves a esa persona, es por eso que siempre que me voy o algo así digo a esa persona que la quiero... me quedo pensando mucho eso.

Rami estaba manejando obviamente, yo en el asiento de atrás y Ben de copiloto. Y es que el aeropuerto está lejos, como todos los aeropuertos. Pero paramos en un centro comercial el cual no conocíamos, en verdad llegamos a un lugar tan lejos que ni siquiera yo conocía.

- ¿Donde estamos?— pregunté viendo por la ventana.— jamás había visto este centro comercial.

- quiero pasar por un café, no se si les moleste.— me baje del carro y Ben también. Supongo que un café no me caería mal.

- ¿pero exactamente donde estamos?

- no lo sé, ni siquiera yo lo sé pero está lejos, muy lejos y lo mejor será que ustedes dos arreglen sus cosas de una vez por todas así que vuelvo en unas horas y espero y que no estén molestos.

- ¡Rami! Pero mi vuelo sale en unas horas.– me sonríe y luego se va. Asi como si nada.

- increíble.— dije en voz baja.

- tranquila, no es como que esto nos detenga, tenemos celulares.— empieza a usarlo, yo no se que hace pero me imagino que intenta llamar a un taxi.— olvídalo, no hay señal.

- Bueno, entremos a la plaza comercial y ahí pedimos un taxi.— dije.

Ambos entramos y... no hay nada. Hay unos dos locales y uno es de helados y el otro es una tienda de cosas para decorar la casa. La plaza parecía abandonada, como si nadie fuera a comprar ahí.

- ahora definitivamente no me trago el cuento de que no sabe donde estamos, el escogió esta plaza porque no hay señal ni nada que hacer.— dice Ben molesto.— que flojera estar aquí.

-  tampoco me entusiasma mucho el estar aquí, eh.

Y tomamos asiento en una de las bancas.

Mystery of Love | Ben HardyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora