...Capitulo 15...

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Hace algunas horas que la operación comenzó, y cada minuto es eterno esperando que nada malo pase.

No me permito alejarme de el por más que me preocupe ver la cantidad de sangre que ahora está por las ropas de quienes se encuentran con el, y aún que no me lo digan, se por sus rostros que temen lo peor.

Puedo suspirar un poco más tranquilo cuando veo a una de las enfermeras cargando un pequeño bulto en sus manos que se remueve un poco, se lo lleva a una pequeña camilla y después la enreda en una manta para dirijirse a donde yo me encuentro.

Caminó hacia la puerta cuando ella entra me indica para que la vea. Sus ojos se encuentran cerrados pero aprieta sus pequeños labios en una mueca que me recuerda a Izuku, su cabello tiene un tono verde pastel que me hace recordar al algodón de azúcar, se ve tan frágil y pequeña que ni siquiera me atrevo a tocarla por temor a hacerle daño.

Con miedo y alegría la tomo en mis brazos procurando no lastimarla, se remueve en mis brazos aun sin abrir sus ojos y frunce el ceño de manera adorable mientras saca su lengua repetidas veces, no puedo evitar sonreír ante la hermosa imagen que me regala, me acerco para besar su mejilla.

– Eres igual a él, mi pequeña princesa – susurro.

– Todo está... – sus palabras fueron cortadas por un hombre que salió del quirófano algo agitado.

– Es hora – dirijo mi vista inmediatamente a la ventana en donde observo a los médicos hacer todo por qué su corazón no deje de latir.

Regreso a mi hija a los brazos de la enfermera para ponerme una de las batas que me indica el médico, mis movimientos son torpes y tardó un poco en ponerla adecuadamente, mis nervios me traicionan y el miedo se vuelve a apoderar de mi al entrar a la sala en donde el olor a sangre está en todos lados y el sonido del monitor cardiaco no calma el ambiente.

No quiero ver más que el rostro de Izuku en este momento, por qué se que si desvió la mirada terminaré por perder la conciencia, y jamás me perdonaría no haber podido ayudarlo solo por mi debilidad.

Una de las enfermeras intenta mover su rostro e inmediatamente le gruño inconcientemente, mi alfa me hace reaccionar protectoramente ante cualquiera.

Yo mismo giro su cabeza para dejar libre ese lugar en donde debe de ir aquella marca que nos debe de unir para siempre. Comienzo a dudar en cuanto el "para siempre" cruza mi mente.

Me detengo justo cuando mis dientes se encuentran a unos centímetros de su cuello, siempre a sido lo más importante para mí, pero ¿Y si prefiere morir antes que estar unido a mi?, Golpeó un pequeño mueble que está cerca de mi frustrado por, aun en esta situacion, pensar siempre en lo que él quiere y no lo que necesita. Los demás presentes se alejan un poco ante mi acto y las lágrimas en mis ojos no se hacen esperar apoyando mi frente en su hombro.

– ¿¡Lo va a dejar morir!?– grita una enfermera siendo detenida cuando intenta caminar hacia mi, solo así mi conciencia regresa y sin meditarlo encajo mis caminos en su fino y terso cuello haciendo crujir un poco su piel al ser rasgada produciendo una ola de sentimientos compartidos por el lazo recién creado, y un repentino cansancio invade mi cuerpo que comienza a proveer lo que mi pareja nesesita.

Mis dientes se desprenden de el y en cuanto lo hacen, su corazón deja de latir desgarrando una parte del mío con un dolor insoportable, respirando con dificultad me aferró a su cuerpo alejando a quien quiera acercarse cuando una aguja se clava en mi cuello que en cuestión de segundos comienza a hacer efecto y quedó inconciente.

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Mis ojos se abren con lentitud acostumbrándose a la luz que se filtra por la ventana, me encuentro en el hospital, lo sé en cuanto veo mi entorno y mis ultimos recuerdos comienzan a azotar mi cabeza produciéndome dolor de cabeza que pronto se convierten en un sentimiento de angustia.

Me levanto lo más rápido que puedo lo que hace que casi caiga por la debilidad que aún tienen mis piernas por el cesante que me pusieron, mi ropa se encuentra en una esquina por lo que me la pongo enseguida para salir de la habitación.

– ¡A dónde crees que vas idiota! – escucho la voz de Katsuki detrás mío, se que existen personas mejor que el para darme información, pero por ahora me basta.

– Donde está – demandó saber al instante

–No lo sé, creímos que tú lo sabrías ya que nadie nos ha querido decir nada –

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Espero no me maten por hacer el capítulo tan corto y por dejarlo así, pero quería un poco de drama, además de que estaba pensando en que sería asombroso que el título no se refiera a Izuku si no a Shoto.

Cambio de opinión tanto como de estado de ánimo así que ni yo misma se como terminara la historia.

Espero les guste
Adiós...

Pd. La niña sería algo así

El Mejor Regalo De Despedida (Tododeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora