CAPÍTULO 16

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Dalia

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Dalia


—Dalia, debes hacerlo.

—No me siento preparada —le respondo a Killiam que me mira con reservas.

Mis palabras son ciertas, aunque toda mi vida se me preparó para asumir el negocio de mi familia, y el crimen organizado que fue herencia de los sicilianos no es tan diferente, no me siento capaz.

El tiroteo que protagonicé hace dos días desató como consecuencia una guerra interna por el poder y nadie es apto para ello, al parecer.

—Ellos te han visto. Saben que tu lealtad no es para la famiglia, es para Rhett y eso es lo que necesitamos ahora, no queremos un reemplazo de él, solo alguien que cuide su lugar.

—¿Sabes por qué lo sigo? —Miro a través de la ventana de vidrio la hermosa puesta de sol—. Me salvó la vida, pero, no es solo por eso. Haría lo que fuera por él, porque lo amo.

Miro el arma tallada de plata de Rhett en la mesa y Killiam nota mi nostalgia puesta en una sola acción.

—Yo amé con la misma intensidad que tú lo amas. Meghan Johnson fue y será siempre el amor de mi vida, al igual que tú la hubiera seguido a la muerte, pero dejó atrás a un niño de once años al que amaba con locura y yo debía vivir por él.

Lo miro y este sonríe. En sus palabras hay dolor, pero también una devoción única.

«Él me entiende».

—No lo sabía. Lo siento.

—Rhett no dice su nombre en voz alta porque le causa un gran dolor. La vio morir en sus brazos. Dalia, no sé hasta qué punto lo amas, pero yo quise alejarte de este mundo porque sé que el destino no es bueno con personas como nosotros. Cuando la cosa nostra o mafia, como prefieras llamarlo, empezó, era exclusivamente de italianos, hubo grandes guerras para que un Johnson estuviera en el poder. No fue fácil, pero Bryson lo logró y marcó una diferencia. Es el derecho indiscutible de Rhett estar en ese trono, no por herencia, sino porque es gran líder. Te consideran su mujer. Su reina.

Reina de la mafia. Rhett nunca ha dicho que soy su mujer públicamente, pero sus hombres al parecer me ven de esa manera.

«Bendito destino que me trae al mismo camino del que un día escapé».

Amo a Rhett. Lo amo tanto que duele y lo amo lo suficiente como para hacer lo que sea por él.

—Siempre ha sido tu destino, Gaijin-san —me recuerda la voz burlona de mi maestro en mis oídos.

Realmente lo es. Mi destino ha llegado a mí después de todo. Otro mundo, otra ciudad, otro país y otro amor, y el mismo destino en esencia.

—Necesitan un líder ahora —digo mirando a la oscuridad de la noche.

RULETA RUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora