CAPÍTULO 21

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Dalia

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Dalia


«Camino entre los cuerpos inertes de mi familia.

—Mama —digo cuando toco la sangre casi seca que sale de su boca.

Mis ojos amenazan con llenarse de lágrimas al ver a mi hermana muerta aferrándose a mis madres. Un cuarto cuerpo de una pequeña niña hay al lado, no soy capaz de darle la vuelta para ver de quién se trata.

El jardín de chichi está desecho, balas por todo el lugar. Los pequeños pájaros de padre están sueltos y revoloteando, ruego internamente porque se callen, amaba su canto, pero hoy lo odio. Chichi dijo que yo debía ser fuerte ante la muerte, esta es nuestra vida, pero no puedo.

«Mama, shimai...».

—Lo siento, no puedo ser fuerte —sollozo mientras caigo arrodillada al suelo, dejando que el dolor salga de mi pecho.

Me aferro a la manta que mamá dejó para mí antes de esconderme. Ya no tengo nada. Soy una Gaijin, ahora lo soy.

Siento dos pares de pasos venir a mi encuentro y tomo el arma que está a un costado. Dejo de respirar y apunto el arma a quien sea que se me acerca».

Mi cuerpo se siente extraño. «Eres fuerte, Dalia.» Me digo mientras Rhett me sostiene. He perdido tanto, he visto tanto dolor y muerte a mi alrededor, aunque intenté con todas mis fuerzas proteger el pequeño pedazo de felicidad que encontré al otro lado del mundo, fracasé. Jenny se ha ido. Me liberó de tomar su vida, pero aun así no se siente bien. Jodidamente no está bien.

Su cuerpo está tendido en el suelo y en su rostro hay una sonrisa, ella confía en mí para poner a salvo a su hijo.

«Juro por mi familia que Rojas va a morir, pero antes sufrirá más dolor del que nunca se imaginó en su perra vida».

Nunca me he creído juez y verdugo y jamás he disfrutado de la muerte de alguien y vaya que he matado a mucha gente, pero Jenny... no se merecía esto.

—Rhett —suspiro y este parece por fin respirar.

—Volviste a mí —exclama acunando mi rostro.

—¡Ayúdame a enterrar a mi amiga! —ruego, me suelta y me deja pegada a la pared.

Sostiene su cuerpo inerte entre sus brazos y se detiene mirándome a los ojos. Sostengo la mano de ella y le deposito un beso.

—Ten un buen viaje, amiga.

Asiento para Rhett y le abro la puerta. Los guardias nos ven pasar con su cuerpo y Aki se apresura a mi lado. Rhett se detiene al final del pasillo, se da vuelta para ver a sus hombres y dice:

—La ley se ha cumplido, pero ella merece ser honrada y van a respetar eso, ¿de acuerdo?

Todos los presentes, incluyéndome, asentimos y entonces nos disponemos a enterrar a Jenny. Rhett no dice nada más luego de eso.

RULETA RUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora