Un desayuno tranquilo, fue todo menos eso. Entre anécdotas de los recién llegados, risas, sin contar los muchos comentarios sarcásticos y miradas que parecían dardos por parte de Stephano y Santiago. Ambos hablaban de como en estos años habían cambiado tanto en su aspecto físico. Claro, Steph no siempre había lucido así, antes era un niño con obesidad y de personalidad introvertida mientras Santiago solía ser hasta la última vez que lo vi hace más de siete años, un adolescente delgaducho, de baja estatura, siempre pasaba de inadvertido. Supongo por eso no recuerdo mucho de él, además de su enclenque figura y fuerte muy fuerte carácter.
El rubio sabe sacar de quicio a cualquiera y Santiago no fue la excepción. Cuando Stephano noto mi mirada asesina sobre él, decidió bajarle un poco pero no lo suficiente para que me disculpara y retirara de la mesa con la excusa de ver a los cachorros y darles de comer. Mi Bff solo se limitó a disculparse y seguirme de cerca.
-¿Cómo?-suelto rápidamente cuando nos encontramos lo suficientemente lejos para que no puedan oírnos.- ¿Cómo lo reconociste antes de que yo te lo indicara?
-Las grabaciones de seguridad.- dice como si fuera la cosa más obvia del mundo.- Claín, antes de servirte a ti, ellos me sirven a mí. Antes de que las eliminaran las mandaron a mi computador personal.
-Admiro su lealtad, aun sabiendo que los puedo hacer despedir.- guiño un ojo.- pero jamás correría a alguien por serle fiel a su jefe.
-Tampoco te lo permitiría, azabache.- sonríe con suficiencia.- ¿Qué piensas hacer respecto a él?
-Nada, simplemente no lo conozco.- digo jugueteando con los cachorros.-Solo es el mejor amigo de mi hermano mayor.
-No creo que él opine lo mismo.- se sienta a mi lado.- Por alguna extraña razón presiento eso, además que poco casi nada ha disimulado mirarte, por más bromas que dijera, él no evitaba mirarte.
-Se le pasara, después de todo si no me equivoco con todo las anécdotas contadas por mis hermanos, queda claro qué él es un mujeriego de primera, si antes tenía mis dudas entonces ahora las confirme.- digo poniéndome de pie.- Vamos, terminare de cambiarme y luego ver el asunto de la seguridad, debemos reforzarla. No permitiré que vuelva a ocurrir lo de hace unas semanas o peor aun lo que paso hace unos años.
-Tranquila, lo controlaremos.- me da un beso en la frente.- Juntos somos indestructibles, somos el infierno más bonito.
- Y el más poderoso.- le doy un abrazo. Y en eso me percato de la presencia que acaba de abrir la mampara, ahí, al lado, se encontraba un sorprendido Santiago.
-No quería interrumpir, solo quería conocer a los cachorros. Mejor me retiro.- dijo algo extraño.
-No te preocupes, los que se van somos nosotros.- dice Steph sonriéndole socarronamente. Dejando a un incrédulo Santiago junto a los cachorros.
En mi habitación termino de cambiarme para luego retirarme con Stephano, dejando una nota sobre la mesa, avisando.
-Tenemos una reunión con el jefe de seguridad en la empresa.- informa Steph.
-Me parece bien.- sonrió.- ¿El investigador?
-Lo veremos en el café, después de la reunión con la seguridad.- dice parando en un semáforo.- Ya pedí que aumenten la seguridad en la fiesta. Habrá hombres rodeando el lugar, espero sea suficiente.
-Gracias, mi rubio favorito.- sonreí.
-¿Qué? ¿Cómo que el favorito?- dice dramatizando mientras arregla exageradamente su cabello con sus manos.- Él único, estúpida, él único. Grábate bien eso.
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Claín, fuego congelado
Teen FictionEnamorarse debería ser fácil, después de todo, el "amor" es el sentimiento más sublime que existe en el universo. Pero, siempre hay un pero, el enamoramiento es un fastidio algo tan complicado. Ella una chica poco común con una vida menos común. Él...