Narra Claín:
Los momentos en los que el aire rompe en tu rostro mientras el sol te ilumina son momentos que debes recordar siempre, esa calidez invadiéndote, recorriendo cada parte de ti son uno de los pequeños placeres de la vida que solemos dejar pasar desapercibido.
Son esos momentos los que debes recordar cuando estés por renunciar, cuando sientas que no puedes más. Alguna vez hace un tiempo cuando el agua parecía cubrirme y mis brazos parecían agotados por luchar, recordé la calidez del sol en pleno verano, el florecimiento de una rosa en primavera, la fortaleza de los árboles en otoño y la magia de la nieve en invierno. Aquello que tal vez la gente no aprecia, había sido mi ancla en el momento más oscuro. Aquello que parece no importar es lo que me hizo brillar otra vez en un mundo en el donde no se sabe en quien confiar y solo te tienes a ti mismo para levantarte, ahí es cuando debes recordar todo eso. Recuerda esto, el mundo podrá fallarte pero mientras no te falles a ti mismo siempre podrás levantarte.
Hoy es un buen día, la escuela había ido bastante bien y mi programa saldría en una semana acompañada de mi otra creación. Justo mientras mensajeaba algo al rubio me encaminaba hacia la oficina de Santiago, necesitaba una asesoría especial en un ámbito nada legal. Aproveche que era la hora del almuerzo en la firma de abogados de su padre para venir justo después de mis clases y aprovechar la paz que trae la ausencia de las personas.
En media tranquilidad hay un ruido que llama mi atención, mejor dicho unas voces provenientes del despacho de Santiago.
-El deseo entre nosotros nunca se fue.- esa es la chillona voz de una mujer que se me hace familiar.-Me extrañas, lose.Vale, ¿Aquí es cuando entro y armo el show del año? O como buena persona serena que soy, me voy y espero una explicación de porqué una mujer se ofrece como mercancía a mi pareja.
Bien, confío en él. No cambiaría a quien quiere por un acostón, soy lo suficiente como para que no me cambien por lo primero que se le cruza pero también soy bastante curiosa como para querer saber que pasará así que aplicare su estrategia y me quedare oyendo detrás de la puerta.
Se inteligente Santiago, no me decepciones. Y ahí en medio del gran lugar me di cuenta que ya le quería más de lo que admitía, que confiaba a tal punto de que me dolería el alma si él me rompía el corazón con una traición, si, el corazón porque después de todo no puedo negar que él ya se había logrado infiltrar en aquel lugar que durante tantos años cuide y resguarde con mi dura personalidad.
-Demonios, entiende. Nunca hubo un nosotros, solo eran polvos, Pol- vos.- lo escuchó resoplar.- Eso acabó hace mucho, puedes irte. No quiero nada contigo. Nada. Entiéndelo por favor.
Debería estar aplaudiéndolo, él solo hacía que yo reafirme mi confianza en él. Mi madre, debería estar corriendo a abrazarlo y felicitarlo, lo quiero, lo quiero, lo quierooooooooo.
-Tú no eres así. Es el estrés hablando por ti, pero yo puedo ayudarte.- refuta enérgicamente la zorra, que diga la distinguida dama.Escuchó un ajetreo y un golpe, bien, esa es mi señal para intervenir. Tranquilo cariño, ya llegó tu heroína.
Vaya cuadro con el que me encuentro al poner un pie dentro de la oficina, una castaña de largas piernas y muy buena figura, estaba totalmente enfurecida mientras tocaba bruscamente la puerta del baño donde mi castaño enamorado se había escondido.
-Estás loca, vete.- grita desde el otro lado Santiago.
-Nosotros es algo inevitable. Abre la maldita puerta.
Bien, parece no notar mi presencia. Así que como odio sentirme ignorada, intervendré.
-Pero a ti te pagan por acosar a tus jefes o hacer tu trabajo.- la miro fijamente enarcando una ceja.
-Se se señorita Aryen. No, es lo que parece.- responde nerviosa la desaliñada mujer. Ya veo porque su voz se me hace conocida, es la grandiosa secretaria del padre de Santiago. Vaya que gran secretaria, venía con todo incluido hasta el paquete de zorra gratis.
-Desaparece de mi vista.- exhalo.- Ahora. Para hoy, ¿Si? Y arréglate la ropa por el amor a los Dioses egipcios.
La mujer parece entender ya que pasa apresuradamente por mi lado y cierra la puerta.
-Puedes salir. Ya corrí a la zorra.- tocó la puerta.
Un aliviado Santiago asomó cómicamente su cara por detrás de la puerta.
-Te juro que no hice nada, enserio. Le dije que se vaya pero ella no entendía. No traicionaría lo que tenemos, valoro tenerte y eres el único nosotros que necesito en mi vida. No nos fallaría con algo tan aborrecible como una infidelidad.
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Claín, fuego congelado
Fiksi RemajaEnamorarse debería ser fácil, después de todo, el "amor" es el sentimiento más sublime que existe en el universo. Pero, siempre hay un pero, el enamoramiento es un fastidio algo tan complicado. Ella una chica poco común con una vida menos común. Él...