Bruce Wayne.

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Título: Party.
Advertencia: No.

§§§§§

—No puedo más, Talia —murmuré, sentándome en el suelo, sosteniendo mi abdomen.

—Así no serás la mejor ¿Quieres ser la mejor, no? —me regañó la castaña, dejando su espada en el soporte.

—Sí quiero. Pero prácticamente querías matarme —descubrí mi abdomen, dejando a la vista una hermosa herida —. Gracias por la cicatriz.

Talia rodó los ojos.

—Esta misión es importante. Ya sabes quién está en Gotham...

—Sí, sí. Tus ex's y tu hijo demoníaco. Lo sé, querida.

—¿Ex's? —frunció el seño.

—Sí, ex's. ¿No me digas que te olvidaste del chico resucitado? —pregunté sorprendida y un poco molesta —. Yo vi cuando salió del pozo y tenía un paqu…

—¡Basta! Ya entendí —Talia tomó dos varas del arsenal —. No pensé que entrará en la categoría de “Ex's”

—Cualquiera con ese paquete entra ahí —atrapé la vara que me lanzó y me levanté del suelo con pesar.

§§§§§

Gotham era un asco.

Lo único que resplandecía era la enorme mansión Wayne. Con lujosos autos por fuera, y una, aún más lujosa, fiesta por dentro.

Gente rica presumía sus atuendos, bienes y viajes, y hacían negocios con otra gente rica.

No había rastro de Bruce Wayne o sus hijos en ningún lado.

Talia me había pedido discreción en todo sentido antes de entregarme un pendrive e irse a algún lugar de la fiesta. El vestido que ella llevaba era lo menos discreto que podía haber.

—Hola, señorita —alguien me saludó con tono seductor a mis espaldas. No pude evitar voltear.

Un chico alto, pelinegro y de ojos azules con un traje que lo hacía ver sexy estaba frente a mí. Richard Grayson.

—Hola —lo saludé, sonriendo coqueta.

—No pude evitar verte desde mi mesa y me preguntaba si querrías bailar —Grayson sonrió —. Soy Richard, por cierto.

—Es un placer, Richard. Soy Priya —mentí sobre mi nombre, no podía decirle mi identidad por más guapo que fuera —, y adoraría bailar contigo.

Richard tomó mi mano y me llevó a la pista de baile. Empezamos un compás lento.

—Entoces, Richard... ¿Tienes hermanos? —le pregunté, aunque ya sabía la repuesta.

—Tres, lamentablemente. Todos menores.

—¿Y están aquí? —me mordí el labio, sí el niño demonio y el resucitado estaban aquí el plan se complicaría.

—Sólo los dos menores, Damian y Tim. Estas fiestas “abruman” a Jason —Richard puso los ojos en blanco.

Reí un poco, mientras el pelinegro me daba una vuelta en la pista. Cuando volví a sus brazos, me percaté de que alguien nos observaba.

Mierda. Era Bruce Wayne.

Me separé rápidamente de Richard.

—Lo siento tanto, Richard. Pudimos divertirnos mucho juntos, pero debo irme —y me fui. Richard parecía consternado, como si nadie nunca lo hubiera rechazado. Era lo más probable.

Caminé a paso rápido, aunque moderado para no llamar la atención. Cuando llegué al pasillo donde sabía que estaba la entrada de la Baticueva empecé a correr.

Había perdido a Bruce cuando me escabullí entre unos mozos. Coloqué la clave de acceso para entrar a la Baticueva, luego de verificar que no había nadie viéndome.

§§§§§

—Hola, bebé —le susurré a la BatComputer mientras le conectaba el pendrive —. Veamos que tienes.

Logré entrar a los archivos clasificados con facilidad. Wayne debía arreglar ese problema. Cuando obtuve todo lo que quería esperé la descarga.

«5%»

—Pensé que eras más discreta —Bruce entró a la Baticueva, sonriendo.

—Y yo pensé que eras más rápido, Bats —le sonreí de vuelta, viendo de reojo la pantalla.

«25%»

Debía distraerlo.

—¿Cómo estás, Brucie? —caminé hacia él, con pasos seductores.

—Estaría mejor si no tratarás de robar información de mi computadora —Bruce se dió cuenta de mi juego y retrocedió un paso.

—¿Qué pasa, Bruce? —pregunté con tono juguetón, enrollando mis brazos en su cuello.

—¿Dónde está Talia? —trató de quitar mis brazos de su cuello.

«40%»

—Pensé que yo era suficiente —pegué más su cuerpo con el mío.

—No voy a caer en eso.

—¿Por qué? —hice un pequeño berrinche, acercando mi cara.

—_______... —me advirtió.

—¿Qué? ¿No te gusta? —me acerqué un poco más y lo besé.

Bruce no se resistió y me siguió el beso. Me tomó de las caderas y nos pegó el uno del otro.

—Que voluntad tienes, Batman —susurré, luego de que nos separamos un poco.

—Te la puedo enseñar si quieres —murmuró, acercando su boca a la mía.

—Claro que quiero.

§§§§§

—¿Ya sabes que hay en esa cosa? —me preguntó Talia, señalando el pendrive.

—Eso voy a ver —conecté el pendrive a la computadora —. Puedes ir a dormir, cariño.

Talia bufó y frunció el ceño.

—Desapareciste tres horas ¿Dónde estuviste? —tomó su taza de café y se levantó de la silla.

—Quise divertirme —sonreí.

—¿Fuiste discreta, no?

—Ese tipo no se va a olvidar de mí.

Talia rió. Salió de la sala y fue a su cuarto.

—Buenas noches —dijo, antes de cerrar la puerta.

—Veamos que tienes —abrí la carpeta del pendrive —. No, no, no...

Tenía un solo documento. Lo abrí, esperando que fuera algo bueno.

—Maldito Wayne...

«¿Fue muy fácil, no crees?»

—Imbécil.

§§§§§

¡Wenaasss!

Debo decirles que está fue una nota que perdí luego de cambiar de teléfono y la tuve que reescribir toda. La original era más larga, pero está me gusta más. Idk :v

Weno, la de Tim que les prometí hace varios capítulos también se borró y la tengo que volver a hacer, pero bue...

Díganme de que personajes quieren que haga los siguientes, temática y toda esa marisquera.

Una última cosa... Maduro coñoetumadre,

La bruja amante de vampiros.

DC Cómics One-Shots. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora