Clark Kent.

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Título: School Bus.
Advertencia: No.

§§§§§

Una excursión a un parque nacional era lo último que se cruzaba en mi lista de deseos, pero sí quería una buena nota debía ir.

A pesar del mal presentimiento que tenía.

—¿Viste el partido anoche?

Pete molestaba de nuevo a otro chico.

—Déjalo en paz.

—¿Qué? ¿Acaso eres su novia?

—Vamos, Pete. Déjalo —me levanté y apoye mi cuerpo en el respaldo del asiento del frente.

No sabía ni a quien defendía.

—Oh, mira otra novia, Kent.

Molestaba a Clark. De nuevo.

—Pete, es enserio, detente.

—Deja que me responda.

—Pete, basta de una v...

No pude siquiera terminar la frase cuando caí ante el movimiento brusco que dio el conductor del autobús.

—Levántate —uno de mis compañeros me ayudó a levantarme con dificultad, ya que el autobús seguía dando vueltas.

—¡Cuidado!

El conductor logró esquivar un auto por los pelos pero se desvió tanto que dio de cara con la valla del puente; sin remedio alguno, el autobús cayó al río.

La ventana del compañero que me había ayudado estaba abierta hasta la mitad. El agua empezó a entrar por la ventana con fuerza haciendo que cayera hacia atrás y me golpeara con el duro asiento.

Todos en el autobús comenzaron a gritar.

El autobús se hundía cada vez más, el agua a subir y el oxígeno a faltar.

Sentí una corriente que me arrastraba hacia la ventana abierta. Hice todo lo que pude para no salir del autobús.

—¡Ayuda! —grité, mientras me sostenía del asiento con el que me había golpeado con anterioridad.

Nadie me ayudó. Todos trataban de salvar su propia vida, o lo intentaban, pedían ayuda gritando.

Cuando me di cuenta estaba fuera del autobús y flotando en el lago.

Quise golpearme por ser tan terca de no querer ir a clases de natación.

Ví a alguien salir del autobús, traté de acercarme nadando, pero al no saber como coordinarme en el agua, sólo logré gastar fuerzas.

Al parecer la persona que había salido del autobús me percibió, pareció dudar un momento pero luego, con un movimiento de cabeza, me dijo que esperará y se dirigió a la parte posterior del autobús.

Carajo.

Me sentía débil y mientras más trataba de subir a la superficie más me hundía y menos oxígeno me quedaba.

Esa sensación me mareaba. Al ver mi fin tan cerca, pedí perdón por lo que había hecho y dije mentalmente todo lo que alguna vez quise decirle a algunas personas.

Aunque nadie me viera, fui dramática al momento de soltar el poco oxígeno que me quedaba y dejé que mi cuerpo cayera al fondo del lago.

§§§§§

Algo me quemaba la cara y algo tibio y mojado presionaba mis labios. No quería abrir los ojos, pero alguien me gritaba y apretaba el pecho y quería despertarme y golpearlo por atreverse a tocarme.

—¡Se mueve!

—¡Gracias a Dios! ¡_______, despierta!

Parpadee con insistencia hasta que mi vista se adaptó a la fuerte luz que me pegaba directo a la cara. Alguien se apartó de mi lado.

Distinguí las caras de algunos de mis compañeros, me miraban fijamente y todos estaban mojados y temblando.

—¿No me morí?

Varios rieron, aunque algunas chicas estaban llorosas.

—No —contestó uno, mientras me ayudaba a sentarme —. Clark te sacó del río.

—No respirabas —añadió una chica, limpiando su roja nariz con la manga de su suéter —. Creímos que no despertarías, pero Clark no se desesperó mucho y te hizo RCP.

Voltee a ver a Clark. Él, al igual que los demás, estaba mojado y tembloroso, pero no parecía tan nervioso como nosotros, sino inquieto.

—¿Alguien sabe si vendrá ayuda? —pregunté.

—El hombre del auto de allá arriba llamó a los rescatistas. Dijo que vendrían en unos minutos.

—Bien —seguí mirando a Clark, preguntándome quién sacó el autobús del agua y si fue él quien estaba en el lago.

§§§§§

—Te juró, Martha, no es la primera vez que pasa —mi madre discutía con la madre de Clark.

—Debió confundirse, estaba en peligro y ahogándose. Se confundió.

—Por el amor de Dios. Era Clark ¡Mi hija no es una mentirosa! Sabe lo que vio —mi madre se puso histérica al no poder convencer a la madre de Clark de lo que pasó.

Cerré la puerta de la casa de los Kent. Vi a Clark sentado en la parte de atrás de la camioneta de su padre.

Quise acercarme, pero algo me decía que no. Y normalmente, mi instinto tenia razón.

Abrí la puerta de nuevo e ingresé a la casa de los Kent, como toda una cobarde dispuesta a escuchar a mi madre despotricar a los cuatro vientos.

§§§§§

Uno de Superman para pasar a las Navidades.

En Venezuela ya acabamos las clases, so... Gracias, DiosDowney.

Bye, babes,

La bruja amante de vampiros.

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