Estás loco, y eso me gusta, le dije en aquella madrugada
-¿Por qué te gusta? me preguntó
Porque sé que más que mi enamorado eres mi cómplice en cada locura, y que me has elegido a mi también para ser cómplice de tus locuras, de ver cómo tus ojos tienen ese brillo de demente, de ver como se te hace agua la boca, con sólo leer algunas frases, como amas algunas metáforas, como usas unas palabras más que otras para generar ese balance que has mencionado.
Como de un momento a otro puedes salir huyendo, en medio de la calle, mientras trato de alcanzarte para robarte un beso, de ver como al patinar puede más tu voluntad que el cansancio, eso es de locos...
Por ejemplo amarnos tanto a pesar de ser tan distintos y tan similares en nuestro sentir mutuo.
Que te has aprendido a comunicar por medio de la música y yo aprendo lenguaje binario, haber de qué otra forma te puedo hacer saber mi sentir...
Que es cierto, volar, así tan literal, no volamos, pero cuando estamos juntos, puedo jurar que nuestras suelas no pisan el suelo...
Le respondí.
