4:37 pm el día está bastante gris, y no hablo propiamente del cielo, no son cuestiones climáticas, me refiero a éste ligero presentimiento que se acerca cada vez con más fuerza, ya no es un sueño, no es un pensamiento recurrente, mucho menos una alucinación, he despertado de un largo marasmo, y él sigue ahí, no negaré que estoy gratamente sorprendida, es precisamente lo que había imaginado hace un tiempo, no son expectativas falsas, no lo puse en un pedestal, desperté dos años después de nuestro primer beso, y lo sigo amando, con más fuerza aún, conozco cada demonio que me ha presentado, cada mala cara, cada palabra no tan bonita, cada miedo, cada inseguridad...
Y lo sigo amando, he visto su estado más puro de amor, de odio y resentimiento, he sentido sus abrazos fuertes, pero también su mirada fulminante, y de pronto llega, siento exactamente los mismos nervios, la misma fascinación porque expliqué y pronuncié conceptos como: Lluvia, frío. gris, soledad, obscuro, alma, escribir y llorar, con esa melodiosa voz que me embelesa a un punto que jamás imaginé llegar, y si la persona para quien escribo éste libro lo llega a leer, espero se sienta muy aludido, y pueda notar en estas palabras que aunque no son perfectas, relatan un amor nacido en un conflicto ajeno, un amor que creció en la dificultad y que ahora recoge todo lo bello que sembró...
