Promotor de alquimia, huyes entre viejas y extrañas revoluciones,
te escondes entre miles de razones, corazones y conversaciones,
una historia por cada segundo vivido, miles de cuestiones,
de ocupaciones, muy al fondo un pasillo lleno de instrucciones,
lecciones de antaño que ocupan frases de arriba a abajo,
letras ocultas, apretadas dentro de una caja al final del pasillo,
Un cuadernillo, una sonrisa, un pero, y un te quiero,
Primero, espero, y muero caballero, una tormenta, pero
tu mordaz sarcasmo, diablos, no soy tan elocuente pero causa un espasmo,
No quiero perder el entusiasmo, pero me acuesto en la cuna de nubes grises, esperando aquel momento,
Lento, el pensamiento me lleva a otros establecimientos, y siento que me pierdo, pero,
Veo rombos redondos, espera, son tus ojos que como cerrojos se abren un poco, y locos narran todo lo que tu alma calla.
