•Capitulo 9•

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Los días posteriores a nuestro encuentro fueron largos. Cada día pensaba en su mirada y en la sonrisa que me regaló. Definitivamente no tenia escapatoria, estaba perdida en las redes de Kim Taehyung.
El otoño se acercaba, y con el, los tiempos frescos. Amaba esta clase de clima.
El movimiento en el sector de vestuario estaba activo durante estos últimos dos dias, una premiacion se acercaba y con ello crecía nuestro trabajo. Cada vez llegaba más agotada al hotel.
El fin de semana fuimos con Aylin a ver un departamento para rentarlo, solo queda a diez minutos de la productora, y como ya estamos próximo a nuestra fecha de cobro, decidimos que ese iba a ser nuestro nuevo hogar.
Las expectativas por tener nuestro propio lugar eran abrumadoras, estábamos muy felices. Mamá también se puso muy contenta en cuanto llamé para contárselo. De a poco va  aceptando mi nueva vida, la noto más contenta cada vez que hacemos una videollamada.
-Creo que esto es todo por hoy- me dice una mujer del personal de vestuario
-Creo que si - digo sonriéndole
Mi móvil suena y veo quien es el dueño de la llamada: Hye
-Hola?
-Milena, necesito que vengas a mi oficina, hay algo que quiero decirte.
Sin decir adiós ni nada más colgó la llamada, ¿acaso no le enseñaron a decir adiós?
Voy con mis expectativas más latentes que nunca, de seguro debe tener esa información que me dijo hace unos días atrás. Llego a su oficina y hago lo mismo de siempre, golpeo y espero la señal de pase.
Una vez dentro puedo sentir un aire tenso, el mismo está tenso y eso me asusta. De seguro la cuenta que debo pagar por tanta información es altísima. Dejando las especulaciones de lado decido preguntar.
-Todo bien?
-Me acaba de llegar la información de la que hablamos la otra vez
-Genial, solo dime cuánto es que yo te lo pagaré
Su mirada esa extraña, nada que ver al hombre que conocí cuando llegué a Seul, este era diferente. En verdad esta clase de negocios cambiaba a la gente. Al menos eso pensaba yo.
-Antes que nada, quiero invitarte a cenar esta noche, podemos conocernos más y hablar sobre futuros negocios. Si aceptas te daré la información hoy mismo, de lo contrario deberás esperar.
¿Acaso eso era chantaje? Sabía que yo no podía esperar absolutamente con nada de Taehyung, estaba usando mi punto débil, sabía que por él yo hacía cualquier cosa y así fue que dije que si.
-Si, acepto cenar contigo, dime la dirección y el horario que yo iré
-Sabia que si lo harías, paso yo a buscarte por tu hotel a las ocho en punto.
Solamente dije "ok" y salí de allí. Sin darme cuenta estábamos empezando con los chantajes, el utilizar puntos débiles y demás.
Lo único que rogaba es que las ocho de la noche no llegaran nunca.

Después de alistarme para lo que sería la cena con Hye, me recosté en mi cama.
-Vas a arrugar tu ropa, idiota - dijo mi amiga pegando un grito.
A mí no me importaba, realmente no me interesaba en lo absoluto verme bien para un hombre que no sea Taehyung. Si mi cita fuese con el, estaría preparándome tres dias antes.
-Ya es la hora, debes ir bajando
Refunfuñé apenas lo dijo, arreglé mi cabello solo con mi mano y me encaminé a la puerta para irme.
Saliendo del ascensor, pude ver el auto de Hye en la entrada del hotel, vaya que era puntual. Me acerqué y abrió la puerta desde adentro. Subí y lo saludé. Inesperadamente me dió un beso en la mejilla. Esto va a ir mal. Mi cara era un poema, se asemejaba más entre la confusión y el desespero. Yo no era tonta, nadie te invitaba a una cita si no era con un propósito, y yo ya me estaba imaginando cuál sería el de el.
A diez minutos del hotel, nos esperaba un lujoso restaurante, no había mucha gente, agradecí por eso. Tomamos nuestros respectivos asientos y procedimos con elegir la cena. Yo no quería nada, realmente no quería cenar nada. Solo quería tener en mis manos esa información y largarme de ahí corriendo. Pero sabía que eso no iba a ser así de sencillo.
-Pide lo que quieras, hay comida muy deliciosa aquí
-Gracias- dije con mi mejor sonrisa falsa.
Últimamente la estaba usando mucho, y yo no era así. Eso era algo de mí que estaba cambiando.
Una vez hecho nuestro pedido, procedió a hablar de ciertas cosas de su día laboral que a mí me valían madre. No me interesaba en lo absoluto y ya estaba empezando a exasperarme cuando de repente nombró a Taehyung.
-Esta es la información, léela ahora si quieres
Sabía que el sobre que bajó del auto era lo que yo tanto anhelaba. Así que lo agarré y mi ansiedad le ganó a todo en el mundo. Lo abrí.
Leí detenidamente cada oración, Hye estaba diciéndome algo pero yo no lo escuchaba, solo leía lo que me importaba.
Los papeles hablaban de una depresión que sufrió hace unos años, del amor incondicional que siente por su familia, sus amigos, por la banda y sus integrantes y por sus fans. También detallaba perfectamente la bronca que le generaban la gente que hurgaba en su vida con tal de sacar provecho, de las "fanaticas locas" que lo seguían hasta el baño  o lo llamaban cada dos minutos a su celular. Odiaba a las sasaengs. En cierto punto, el me odiaba a mi. Si el sabía lo que yo era, jamás me hubiese regalado una sonrisa como la de aquella vez.
Los ojos se me llenaron de lagrimas, pero no lloré, me las reserve para después. Guardé cada hoja perfectamente escrita en el sobre y dije gracias.
La cena había llegado y no probé ningún bocado, enserio no podía.
Nos retiramos, subí al auto de Hye y arrancó a lo que supuse, era mi hotel, pero no. Era su departamento. Confundida lo miré y le pregunté porque estábamos ahí. Solo dijo una cosa
-Como piensas pagar la información que acabo de darte?
-Ya te he dicho que con mi sueldo, no es necesario que yo lo reciba, recíbelo tú.
-Eso no paga ni la primera estrofa de lo que tienes ahí, querida. Podemos hacer esto muy sencillo. O pagas o digo que eres una sasaeng. Te imaginas? Taehyung enterándose de que eres esa clase de persona? Que decepción.
Estaba completamente jugada, por nada en el mundo quería salirme de mi trabajo, y mucho menos que Taehyung me odie.
Había hecho esto antes, sin nada a cambio. Esto no era diferente.
-Esta bien, subamos
Fue todo lo que dije y procedimos a bajar. La distancia que quería mantener en el ascensor era abismal, mientras el ya me estaba desnudando en su cabeza.
Su departamento era grande y lujoso, y como no serlo si con el dinero que ganaba vendiendo información a idiotas como yo era alto. Pues a mi no me pedía dinero, pedía mi cuerpo.
-Bueno, donde empezamos? - fue lo primero que dije
-Se un poco más cariñosa, belleza.
Ya diciéndome belleza habíamos empezado mal, esos adjetivos golosos me daban diabetes.
Empecé a quitarme la ropa sin tanto preámbulo. No quería dilatar más esto. Cuánto más rápido sea, más rápido termina. Solo estaba en ropa interior mientras que mi ropa había quedado esparcida en el suelo, igual que mi dignidad. Nunca me lo replanteé, pero realmente estaba cometiendo locura tras locura con tal de tener a mi amor cerca.
El también fue desvistiéndose, si no existiera Taehyung, podría decir que se trataba de un hombre atractivo, pero desgraciadamente, el hombre de mis sueños había puesto la vara en un punto inalcanzable para cualquier mortal.
Fue acercándose lentamente hacia mi y me dió un beso, yo no hice nada más que quedarme quieta. Sus manos viajaron a mi espalda y desabrochó mi sostén dejándolo caer. Su respiración era agitada, parecía un idiota enamorado. Mientras que yo sentía que no estaba en ese lugar.
Se sentó en en sillón, exponiendo su virilidad, agarro un condón y procedió a llamarme. En mi modo automático me acerqué a él y subí encima suyo. Solo pensaba en las posibilidades que tenía con Taehyung, solo pensaba en el, en el fondo de mi alma sentía que lo estaba traicionando aunque ni por asomo se acerque a una traicion.
Sus gemidos mientras me penetraba me sacaron de mis pensamientos, el living era el lugar elegido para hacer mi pago.
Deseaba que esto terminara, lo deseaba demasiado. Un último gemido retumbó mis oídos. Esto había acabado.
Automáticamente salí de él y me vestí. Quería salir de allí, mi pago ya estaba hecho.
-Estamos a mano- fue todo lo que dije y me fui del departamento. Realmente quería desaparecer de allí.

Cartas de una sasaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora