•Capitulo 25•

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Desconozco la cantidad de tiempo que estuve sentada en el piso apoyada sobre la puerta, solo podía saber que era de noche, mi cuerpo estaba frío, mis ojos y mi corazón dolían, me sentía sin vida, sin ganas de respirar, no podía razonar, no podía hacer absolutamente nada.
El dolor en mi alma aumentaba cada segundo, las palabras de Taehyung retumbaban una y otra vez en mi cabeza, "se terminó" el dice que se terminó. Bajé la vista a mi mano y vi mi anillo, la felicidad que reflejaba mi alianza hoy refleja abandono y eso dolía cada vez peor.
Me digné a levantarme, mis piernas dolían, toda la casa estaba a oscuras, solo entraba un pequeño resplandor de la ventana, si prendía alguna luz mi sufrimiento sería peor, vería en cada rincón de la casa a Taehyung, sonriendo, cantando, amándome, odiándome.
Vi sobre la mesa un pequeño destello, era el cd que había llegado junto con las fotos. Mi curiosidad pudo más y lo tomé para reproducirlo. Mi corazón latió fuertemente cuando en el televisor se reproducia mi imagen desvistiéndome, acercándome a Hye, él tomándome en el sillón de su departamento. La imagen se cortó antes de tiempo, eso era lo que había visto Tae, un minuto de video bastó para acabar con todo, en un ataque de ira rompí todo a mi alrededor, las sillas volaron por los aires, la mesa quedó patas para arriba, tiraba de mi cabello y me abofeteaba con demasiada rabia. El llanto era estremecedor, sentía como el agujero de mi corazón crecía insaciablemente, esto no podía estar pasándome, no ahora, no ahora que iba a casarme con el. Por qué nos casaríamos, aunque sea lo último que haga en la vida, el sería mi esposo. Una nota yacía arrugada en el piso, la tomé y leí "Gracias por pagar la información de tu futuro esposo de esta manera, estoy seguro que se pondrá feliz cuando sepa que eres sasaeng". Maldito Hye, mil veces maldito.

No tenía noticias de el, no respondía mis mensajes ni mucho menos mis llamadas, le envié correos e insistí desde un número desconocido, había respuestas de su parte, estaba ignorándome asquerosamente durante una semana, siete días que no sabía de él.
Mi última esperanza era esperarlo hoy en el aeropuerto, debía verlo, él llegaría del tour y yo estaría ahí, cómo la primera vez, haríamos contacto visual y empezaríamos nuestra historia de nuevo, así iba a ser. Así tenía que ser, porque si no era así yo me moriría.
-Adonde vas a ir así? - me dijo Aylin señalándome
-Iré al aeropuerto, lo esperaré ahí, necesito verlo
-Estas mal, Milena. Estás pálida, súper delgada, estoy segura de que si sales a la calle te caes y yo no puedo ir contigo, no vas a ir, no irás a Gimpo.
-No me lo impedirás, acaso no entiendes? Necesito verlo, necesito hablar con él, cada día es peor que el anterior, no tengo porqué pedirte permiso.
Agarré mis llaves y salí del departamento, podia sentir mis piernas temblar pero no me importaba nada, solo quería llegar hasta el. Al llegar a la calle me sentí mareada, hacía siete días no salía del departamento y no tomaba aire fresco, estaba dejándome morir lentamente.
Paré el primer taxi que vi casi parándome en frente, subí y le pedí que me lleve lo más rápido posible al aeropuerto. El viaje se hacía interminable, quería verlo a cómo dé lugar, no me importaba si tenía que irme al otro lado del mundo con tal de verlo una vez más, a estas alturas ya no me importaba nada.
Llegando al aeropuerto bajé un momento antes de que frenara el auto, el conductor me gritó, me dijo que estaba loca, pues lo estaba, esta situación estaba acabando conmigo.
Podía ver a todos los fotógrafos como la primera vez que lo recibí en Incheon, esta vez había más gente, pero eso no impidió que al verlo llegar empezara a empujar a quien se metía delante mío, yo debía estar delante de todos para poder verlo, él tenía que saber que yo iba a estar siempre con el.
Lo veía venir, con cada paso acercarse más a mi, me lo imaginaba como antes, que iba a mirarme y regalarme una hermosa sonrisa, pero no fue así. Me vio, y todo lo que recibí fue una mirada de indiferencia, cómo si yo fuese nadie, cómo si nunca hubiese sentido amor por mi. Eso me dejó estática, así no era como quería que me mirara, así no. Lo seguí por sobre la gente llamándolo, gritando su nombre tan fuerte que todas las personas me miraban, si estaba haciendo el ridiculo de mi vida a mi no me importaba, solo quería que él se volteara a verme y me rescatara del infierno en el que caí.
Un personal de seguridad agarró mis hombros y me apartó bruscamente.
-Acaso no sabes quién soy? Soy su novia, déjame pasar, maldito- gritaba eufórica.
Mi amor se estaba alejando mientras perdía tiempo ahí, necesitaba correr tras el, realmente lo necesitaba, "No me hagas esto, Taehyung, por favor" se repetía en mi mente. Cada vez más se alejaba, cada vez lo veía más nublado debido a mis lágrimas. El no vuelve, no voltea. A él ya no le importo.

Cartas de una sasaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora