•Capitulo 19•

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Siento una brisa cálida sobre mi nuca, mientras estoy despertándome intento recordar si había cerrado las ventanas. Estábamos cerca del invierno, era imposible que haga calor.
Siento unos brazos rodearme la cintura y sonrio, la brisa cálida es el, es su respiración pausada. Automáticamente se me vinieron todas las imágenes de la noche anterior, sus gestos mientras me hacía suya me dejaron aún más perdida por el, había sobrepasado por mucho el amor que le tenía, ya no sabía cómo describirlo. Era imposible describirlo.
Trato de voltearme hasta quedar frente a frente, la imagen que me regala es la que siempre soñé, lo que pedí en los deseos de cumpleaños, a las vaquitas de la suerte y a todos los 11:11 del reloj. Su expresión serena y jovial era lo más hermoso del mundo, ahí con detenimiento podía ver todas y cada una de sus perfecciones.No, no tenía nada imperfecto.
Con mi nariz acaricié su mejilla y fui depositando pequeños besos, sentía mi corazón arder solo por el hecho de hacer eso. Él me miró adormilado y me sonrió, eso fue todo lo que tuvo que hacer para que yo me lanzara de nuevo a su cuerpo y vuelva a hacerlo mío.

Los días seguían su curso tranquilamente, estábamos cerca de Nochebuena por lo que seria bastante difícil para mí en cierto modo, seria la primera vez qué lo paso sin mi mamá. Tengo entendido que Taehyung lo pasará con su familia en Daegu, aunque todavía no hablamos de tema.
El invierno cada día se hacía más crudo, la nieve empezaba a hacer acto de presencia en esta parte del mundo, era bellísimo, jamás había visto la nieve. Recuerdo la noche en la que fui con Tae a un parque cerca de mi departamento, la repentina nieve nos invadió de golpe y yo parecía una niña a la que le regalan su muñeca favorita. Empecé a saltar de alegria no creyendo lo que estaba viviendo, los copos de nieve caían sobre nosotros, se asimilaba a esas escenas románticas de las películas de Hollywood, esta era mi escena favorita, nosotros dos siendo bañados por copos de nieve.
El trabajo en la empresa seguía normal, como siempre, de vez en cuando tenia tras mis espaldas a Hye recordándome que no me dejaría tranquila, insistiendo para que dejara lo que ahora llamo mi mundo. Yo dejaba que siguiera soñando, nunca en mi vida me separaría de Taehyung, solo la muerte lo podría hacer, aunque creo que ni eso.
Llevaba al menos dos días sin verlo, aunque hablábamos seguidos no era lo mismo, necesitaba de su presencia a toda hora, se estaba volviendo una adiccion para mi.
Llegando a mi departamento, me liberé de todo el estrés del día y de mis prendas. La ropa de casa siempre era la anfitriona después de un largo día laboral. El sonido del timbre llamó mi atención, no esperaba a nadie y mi amiga tenía llave.
Nunca, nunca, nunca lo hubiese esperado, y más como venía. Era él, el amor de mi vida, pero estaba diferente, estaba aún más radiante que de costumbre.
Su cabello ya no era oscuro, ahora lucia de un tono turquesa, lucía sublime, perfecto e inmaculado. Por más que quisiera disimular, no podía dejar de mirarlo, mis sospechas eran ciertas: cualquier cosa que se pusiera nunca nada le quedaría mal.
Su sonrisa iluminó aún más su rostro y automáticamente iluminó mi vida. Lo abracé, necesitaba sentir su cuerpo junto al mío mientras lo bañaba de palabras dulces expresando todo lo que mi corazón guardó estos dos días. El era mi salvación, estando con él me sentía fuerte, jamás existiría otro hombre para mi. Jamás.

Nochebuena había llegado, me dispuse a hacer una videollamada con mi mamá, esta vez le presentaría oficialmente a Taehyung. El estaba nervioso aunque la presentación no sea del todo formal.
-Acaso le tienes miedo a mi mamá? -le pregunté divertida
-Nunca hice esto, y si no le caigo bien?- preguntaba mientras apretaba sus manos con nerviosismo
-Deja de hacer eso- señalé sus manos- Que me pones nerviosa a mi
Empezamos a reír mientras la videollamada se concretaba.
Mamá aparecía del otro de la pantalla con una sonrisa. Yo la conocía, sabía que su sonrisa no era verdadera. Habíamos tenido una fuerte pelea días anteriores, sigue pensando lo mismo: estoy perdiendo mi futuro.
-Hola mamá, cómo está todo por allá?- me digné a preguntar, la cara de mi mamá se iba tornando seria a medida que inspeccionaba a Tae, podía sentir como flechazos eran disparados a través de la pantalla. El pobre ni siquiera se daba cuenta y daba gracias a Dios de que así sea.
Me dispuse a presentarlo, haciendo de traductora, la sonrisa y la alegria en su voz era todo lo que podía ver. Seguramente mi imagen estaba siendo reflejada en la computadora de mi mamá al otro lado del mundo mientras ella me miraba rara. A pesar de no verla personalmente hace meses podía sentir que mis ojos solamente tenían un objetivo fijo: él. Porque así iba a ser siempre, mis ojos siempre iban a estar puestos en el.
La videollamada había terminado, según Tae había pasado su prueba de fuego, podía verlo ilusionado como un niño y eso calentaba mi alma.
La prueba de fuego que se aproximaba en este momento era la mía. Taehyung me había invitado a pasar nochebuena en Daegu junto a su familia, había hecho esto antes con mi ex novio pero nunca le di la importancia necesaria. Hoy era diferente, los conocería a todos.
Una gran casa se aproximaba frente a mis ojos, era bellísima, estaba rodeada de árboles y un par de flores en el césped. Personas se iban acercando a la entrada, podía distinguir a su madre y padre, los nervios traicionándome a medida que iba acercándome. Daba gracias de que Tae haya agarrado mi mano, su calor reconfortaba todo mi ser.
El efervescente saludo de la familia Kim llegaba a nosotros, los hermanos menores de Tae saltaron junto a él, podía ver una familia hermosa, yo estaba siendo parte de esa familia. De la casa empezaron a salir un par de personas más, no eran personas muy mayores, más bien rondaban los cincuenta y tantos años, nos dieron un afectuoso saludo dándonos la bienvenida. Lo que jamás me iba a imaginar, es que la alegria que sentía en ese momento se iba a esfumar tan rápido apenas la vi. Es enserio? Acaso pasaré nochebuena con Yoona? Todo rastro de sonrisa leal se esfumó de mi rostro para dar paso a mi falsa sonrisa. Desgraciadamente esta noche sería bastante larga y con compañía desagradable.

Cartas de una sasaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora