•Capitulo 20•

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Podía sentir su mirada como disparos, y más cuando observó nuestras manos unidas, definitivamente eso no se lo esperaba. La manera en que lo saludó a mi novio no me gustó para nada, esa sonrisa idiota que ponía debía ser la misma que ponía yo cuando lo veía, pero yo era diferente, ella no es nadie.
Se quedó deslumbrada por el nuevo cambio de look que traía Taehyung, parecía que se había olvidado por completo que yo estaba presente, quizás no se había olvidado, quizás solamente lo hacía a propósito.
Procedimos a entrar a la casa, su interior era demasiado bello y acogedor, podía sentirme como en casa, sino fuese por esa presencia extraña que rondaba el lugar a la par mía.
Instalados en el gran comedor, Tae fue contándole cómo nos habíamos conocido, todos estaban atentos menos ella. Maldecía en colores dentro mío. Maldita maldita, no iba a ponérmela fácil, pero yo tampoco iba a dejársela regalada.
-Estamos muy enamorados- dije -tenemos muchos sueños y planes a futuro - Volvi a decir mirándolo a él y sonriéndole. Una sonrisa  ladina y una mirada enamorada fue su respuesta. Realmente me estaba matando, así como yo estaba matando a la descarada esa con mis palabras. Sus gestos de nerviosismo lo decían todo, esas ganas de salir corriendo de un lugar yo también las sentí, podía reflejarme en ella. Sentí pena que no duró ni medio segundo. No iba a enternecerme, nunca lo haría.
La mesa se adornaba de deliciosa comida, la cantidad que había podría durarme seis meses para mi sola. Probé solamente un par de bocados, no tenía demasiado apetito.
Mientras oía a los demás hablar, miraba con detenimiento el perfil de quien se estaba robando toda mi cordura, sigilosamente apoyé mi mano sobre su pierna y la fui subiendo lentamente hasta casi rozar su entrepierna. Sentí como se tensó en ese momento, mientras lo acariciaba podía sentir como iba poniéndose duro ante mi tacto.
-Vamos que quiero mostrarte la casa - fue lo que me dijo de un momento a otro.
Sabía que no quería mostrarme nada de eso, tomé su mano y bajo la envidiosa mirada de Yoona desaparecimos. Me guió por un pasillo largo que tenía habitaciones, su espalda fue a parar directo a la pared, besé sus labios y desvergonzadamente acaricié su intimidad. De a poco quería meter mis manos en sus pantalones, quería poseerlo en cada rincón de su casa si era posible, no me importaba absolutamente nada. Abrí una puerta que se encontraba justo a nuestro lado. El baño de la casa se convirtió en nuestra habitación, cerré con llave y lo senté en la taza de baño mientras desabrochaba sus pantalones, la lujuria de su mirada me incitaba a seguir.
Agarré su miembro y lo metí a mi boca, podía ver como le sorprendía lo que hacía, jamás se lo había hecho antes. Luego de un rato procedí a sacarme la parte de abajo de mi vestimenta y me subí sobre el, la manera desaforada en la que hacíamos el amor estaba acabando con nosotros, su mirada mientras estaba dentro de mi es algo que jamás en la vida olvidaría, podía sentir sus manos recorrer todo mi cuerpo, estas quemaban como si fuesen fuego. Un potente orgasmo arrasó con nosotros dejándonos agotados.
-Te amo más que a mi vida- fueron las palabras que le dije en ese momento mientras miraba sus hermosos ojos rasgados.
-Yo te amo mucho más que eso- fueron las elegidas por el. Nuestro encuentro finalizaba con un beso cargado de amor, porque así se sentía, cargado del más puro amor.
Salimos del baño topándonos con Yoona en el camino, puedo jurar por todos los santos que estaba siguiéndonos, lo que sí, jamás esperó vernos salir del baño juntos. Su cara era un poema, quería ocultar su bronca pero sus manos en forma de puño al costado de su cuerpo hablaban por ella. Le eché una mirada triunfante, definitivamente jamás me ganaría, tenía que saber que haga lo que haga no iba a poder conmigo.
Me fui de la mano de mi amado rumbo al living dejándola detrás con toda la rabia del mundo, la señora Kim había preparado unas deliciosas galletas que estaban puestas ordenadamente arriba de la mesa.
La noche transcurrió bastante rápido para mi gusto, y lo agradecía, tener que estar bajo la atenta mirada de Yoona me molestaba más de lo debido.
-Voy al baño y vuelvo, si? - le dije al oído a Tae
Me miró con una sonrisa traviesa pues hacía al menos tres horas habíamos vuelto de allí.
Refresqué mi rostro y arreglé un poco mi cabello, lo tenía demasiado largo y oscuro, amaba tenerlo así. Al salir del baño la primera imagen que me recibe es ella, como si fuera poco, estaba esperándome.
-Ya puedes pasar - le dije mientras estaba yéndome, pero ella agarró mi brazo fuertemente casi atrayéndome hacia ella. 
-Lo estás corrompiendo
-Que dices?
-Estás haciendo cosas indebidas, estas deshonrando su hogar, no puedes comportarte cómo estás acostumbrada a hacerlo en América, esto no es Argentina.
Un fuerte empujón de mi parte hizo que su espalda choque en la pared.
-No te atrevas a decirme que hacer y que no con mi novio. El es mío, solo mío y yo hago lo que quiero, no me hagas repetírtelo otra vez. Si te vuelves a meter otra vez en nuestra relación juro que te mat...
-Todo en orden?
Esa voz me paralizó, Taehyung estaba ahí, viendo esta bochornosa escena.
-Todo en orden - respondió Yoona con una sonrisa - estábamos hablando. No te la robo mas.
Mil veces maldita. No iba a salirse con la suya, por más amiga que sea no tiene derecho a meterse donde no la llaman. Estas jugando con fuego, Yoona. Y juro por lo que mas amo que vas a arder en el

Cartas de una sasaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora