Vegetto & Kefla - Conexión Potara.

24: Disculpas sinceras.

Sexto Universo.

Habían pasado tres días desde que Kyabe y Kefla discutieran en el pueblo que la pandilla de Caulifla solía ayudar con comestibles y demás enceres.

A pesar de haber quedado satisfechos con la comida así no hubiese sido mucha, eso era mejor a no tener nada en el estómago; los habitantes del pueblo no preguntaban por la saiyajin fusionada, el espectáculo que dio al convertirse en Super Saiyajin los convenció de que podía ser peligrosa.

Los daños en las paredes, las grietas en el suelo, eran un recordatorio de que molestar a esa chica podía ser el ultimo acto de sus vidas. 

Semejante demostración de poder había sido percibida en todo el planeta, de norte a sur, de este a oeste, el Rey y toda la élite estaban preocupados y exigían explicaciones al respecto, algo de lo que se tuvo que encargar Kyabe muy a su pesar...

Todos buscaban saber que era lo que sucedía ¿Quien era esa saiyajin tan poderosa? todos salvo Kyabe quien se encontraba harto de repetir la misma historia una y otra vez...

La pandilla se estaba reorganizando ¿Quien seria el líder? Eso aun no lo sabían ¿Volverían las chicas de una u otra forma? Esa también era una incógnita, pero sin la fuerza de Caulifla todos estaba de acuerdo en que pronto las Fuerzas de Sadala marcharían triunfantes ante sus puertas.

Kefla no había dado rastro de vida alguno, su ki era imperceptible para todos, estando suprimido al mínimo.

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La saiyajin se encontraba en un área desértica, alejada de cualquier rastro de civilización en el planeta, sobreviviendo por su cuenta; cazando cualquier animal que se moviese y tomándose su tiempo para encontrar agua para así pasar los días.

Tenía mucho tiempo para pensar pero no tenía mucho en que pensar, su conocimiento, sus memorias y recuerdos les pertenecían a Caulifla y Kale.

Incluso pensar en Renso fue una idea a la que se resistió, ni siquiera la misma Caulifla se encontraba en buenos términos con el antiguo capitán de las Fuerzas de Defensa de Sadala...

¿Por qué estaba tratando de buscar a alguien que entendiese su situación actual?

Nadie la iba a buscar a ella.
Solo tenía que aguardar, pronto todo sería normal.

Kefla suspira, sentada bajo la sombra de un arbusto para evitar el intenso sol.
Susurra para ella misma.

─¿Qué rayos... Ser tan poderosa y sentirme así? ─¿De qué rayos sirve lo que llaman el instinto saiyajin? ─¿Ser fuerte para qué solo... Todos te teman?

La chica se suelta el cabello y se lo revuelve.

─¡Todo esto es muy difícil! ¡Muy confuso! ¡Mi cabeza estalla! ─Malditos Saonel y Pirina ¿Por qué tardan tanto? Siento esto como una cruel agonía...

Kefla se pone de pie y se aleja de la sombra proporcionada por el arbusto, furiosa grita a la nada con desespero.

─¡¡NO LO ENTIENDO!! ¡¡QUE TIENE DE BUENO SER PODEROSO SI SE DEBE VIVIR ASÍ!! ─¡¡¡ESE MALDITO TORNEO!!! ─¡¡¡ESOS MALDITOS DIOSES!!! ─¡¡¡ESE MALNACIDO DE VEGETTO!!!