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Jean-luc Bilodeau

En multimedia


Pov John.

-¿Cual te gusta más?-le pregunto a Dilan para que elija cual de los dos conjuntos le gusta más.

-me gusta ese-señala uno de los conjunto de color negro que se encuentra en mi mano derecha.

-¿Te gusta este?.

-si, me hace recordar el cabello negro de mi madre.

Asiento y hago que se lo pruebe para que cambie esos harapos que trae encima y salga con el así para irnos al trabajo, ya que no tengo con quien dejarle tengo que llevarlo con migo, aunque no me gusta ya que es un ambiente no muy sano y no apto para el, aún así, no tengo de otra que llevarlo.

-papá...

Observo al pequeño niño que asoma su cabeza algo tímido. Sonrío.

-¿Dime?-el baja su cabeza y veo como sus cachetes se tornan algo rosas y juega con el borde de la cortina-¿Tienes pena?-le pregunto con algo de burla y veo como asiente-bien, déjame ver.

Entro al cubículo con el y veo que la camiseta la tiene al revés y el pantalón algo torcido.

Me agachó para acomodar sus prendas y probarlo un poco, al momento de probarlo con las manos el cierra los ojos como si disfrutase del tacto delicado que le ofrezco.

-vamos.

Dilan abre los ojos y se ve al espejo.

-gracias.

-¿qué dijiste?-le pregunto al pequeño ya que no escuché bien lo que dijo.

-mamá me dijo una vez que hay que agradecer por todas las cosas que te den, por eso... Grácias.

Veo como agacha su cabeza y se coloca de cuclillas solo para esconder su cabeza entre sus rodillas y así poder llorar sin que lo vean.

Suspiro y paso saliva por mi garganta ya que de la nada se hizo un nudo en ella.

Me siento a un lado de el y lo cargo para que quede en mi regazo aún cubriéndose para que no lo vea.

-tienes que ser fuerte... Sabes de qué mamá jamás volverá pero apuesto a que a ella no le hubiera gustado verte así, la hubieras lastimado, ya que pensaría que estás sufriendo por su culpa-acaricio el cabello castaño de Dilan y al verlo me hace recordar a Sam-ven acá.

Levanto su rostro y lo limpio con mis manos y le doy un suave abrazo-gracias.

-no te preocupes... Yo estoy aquí para tí, nadie más te hará daño.

Acarició su espalda y por la mente me llega una idea muy loca.

También debo ser fuerte y valiente y afrontar todo, no puedo seguir huyendo de todo ya tengo a un hijo y con Dilan ya serían dos personas a las cuales debo tener en cuenta y la vida que llevo no será sana para ellos dos.

-bueno, vamos a pagar esto y vamos, ¿Si?.

Asiente y nos encaminamos al cajero.

...

-¿Pero porque te vas cariño? Si eres super wai y además; no me sacas dinero como siertas PERSONAS para guardar silencio.

-¡que te follen maldito ojos rasgados!.

-¿que te pasa andrajosa arrastrada? Un poco más de respeto mira que hay un niño.

Observo a Dilan quién mira al joven de cabellos rosados y a la castaña.

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